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EMPRESAS AGROALIMENTARIAS

Llet Nostra roza su récord de facturación con 30 millones de euros al cumplir veinte años

La compañía tiene su base en las cooperativas de Cadí y Ramaders del Baix Empordà || Incorpora cuatro granjas procedentes de la entidad asociativa de Vallfogona de Balaguer, que ya no recoge leche

Josep Maria Campabadal, en su granja de Térmens, una de las que se ha sumado ahora al proyecto de Llet Nostra.

Josep Maria Campabadal, en su granja de Térmens, una de las que se ha sumado ahora al proyecto de Llet Nostra.E.M.M.

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Llet Nostra cumple veinte años creciendo en Lleida y rozando de nuevo su récord de facturación, al alcanzar el año pasado los 30 millones de euros en ventas. La compañía agrupa a las cooperativas Cadí y Ramaders del Baix Empordà con un total de 120 granjas, con las cuarto últimas incorporaciones procedentes de la entidad asociativa de Vallfogona de Balaguer, que ha dejado de recoger leche, explica el presidente de Llet Nostra, Jordi Riembau. Indica que la compañía lidera el mercado lechero catalán desde 2011, en un momento difícil, de hecho habla de “guerra general”.

Recuerda que el año pasado el sector afrontó un incremento de costes de producción que califica de brutal y la mejora delos precios llegó “muy tarde”. Este año ha comenzado a bajar en el mes de abril y destaca que los ganaderos se encuentran en un momento de incertidumbre. Los socios de Llet Nostra, dice, “ahora se ganan la vida” en el actual contexto de cotizaciones de la leche, pero advierte que la compañía no se puede quedar al margen de la evolución del mercado lácteo y no oculta la preocupación latente.

Calcula que los costes se han incrementado entre un 45 y un 50 por ciento, sin que se haya trasladado totalmente al consumidor. Es una situación que advierte que no se puede perpetuar en el tiempo, y quiere ser optimista, porque considera que la situación “algún día se arreglará”. A la hora de hablar de futuro recuerda la filosofía de Llet Nostra: “Comenzamos a trabajar hace veinte años con la idea de llevar la leche del ganadero al consumidor de forma directa y no hemos cambiado.

No podemos influir en el precio del mercado, pero los ganaderos, a los que pedimos máxima calidad, saben que les cuidamos lo mejor posible”, recuerda.Envasan el producto en una fabrica de Gurb y aunque la leche líquida en brick es el fuerte de la compañía, con el 90% de su producción, también cuentan con formatos sin lactosa, flanes, crema catalana o el tradicional “músico”. El futuro, explica Jordi Riembau, pasa por diversificar y sacar al mercado nuevos productos.La compañía es netamente catalana tanto en su producción como en su mercado y prevén seguir así. “Nuestra filosofía es vender en Catalunya y potencial el mercado catalán.

Nuestro consumidor valora la calidad y el hecho de comprar productos de casa. Creo que es una de nuestras principales virtudes, poder mantener este discurso, que es real, que nos ha mantenido durante 20 años y que podremos seguir defendiendo durante otros 25, asegura. Entre otros aspectos, defiende el cuidado por el medio ambiente por parte de los ganaderos

La leche en brick representa el 90% de su producción, que se complementa con flanes o crema catalana

La facturación de Llet Nostra alcanzó el año pasado los 30 millones de euros, cerca del récord de 30,2 millones que registró en el ejercicio de 2020, cuando la compañía se vio desbordada por la petición de leche durante el primer confinamiento por el coronavirus.De un promedio habitual de 3,5 millones de litros vendidos mensualmente se pasó en marzo de aquel año a 5,4 millones y, en abril, las cifras continuaron por encima de la media.

“El ganadero ha de ser también economista, veterinario y agricultor”

Josep Maria Campabadal tiene su explotación láctea en Térmens y es uno de las nuevas incorporaciones en Llet Nostra. Afirma que el “ganadero pequeño tiene pocas armas para luchar” en el mercado y defiende la empresa que ahora cumple veinte años como “un paraguas que da tranquilidad”. Todo ello en una profesión que califica de muy esclava, toda la ganadería lo es pero el lácteo es un sector especial por los requerimientos de los animales de ordeño diario.

“El vaquero ha de ser economista, y afrontar la burocracia creciente, veterinario, siempre atento a los animales, y agricultor, para producir los forrajes que alimenten al ganado”, afirma. Son todos unos requerimiento que hacen difícil el relevo generacional, aunque lo que más pesa es la situación del mercado. “Es una profesión muy esclava y si no te ganas la vida, no vale la pena”, afirma, y llama la atención que en la producción láctea no existe el sistema de integración, que domina otros como el porcino.

Considera que hay un gran desconocimiento por parte de los consumidores de todo lo que hay tras un litro de leche, desde la infraestructura de una granja al personal, e insiste en una queja recurrente: el hecho de que se utilice como producto reclamo por cadenas de supermercados que, dice, banaliza el producto.La suya es una granja que ronda las 250 vacas, con una producción de 8.000 litros de leche, y cinco trabajadores. Asegura que muchas firmas lácteas no quieren recoger a ganaderos pequeños o medianos, mientras que asegura que Llet Nostra “apoya un modelo más familiar, que cuida del territorio”, como defiende que hacen los payeses.

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