Las empresas leridanas buscan nuevos mercados por los aranceles de Trump

Las empresas leridanas buscan nuevos mercados por los aranceles de Trump - BLANCA CUSINÉ
Las empresas leridanas buscan reforzar su presencia en el mercado europeo y abrirse a nuevos en países de Asia, Sudamérica o África para buscar nuevos nichos de mercado ante el temor de que la guerra arancelaria iniciada por el Gobierno de EEUU lastre las exportaciones a este país, que el año pasado alcanzaron los 121 millones de euros.
La guerra comercial iniciada por el Gobierno de Donald Trump ha puesto en alerta a todas las empresas a nivel mundial, que ahora mismo se encuentran inmersas en un momento de incertidumbre total sobre su futuro más próximo. En Lleida, hay medio centenar de firmas que exportan sus productos de manera regular a Estados Unidos por un valor superior a los 50.000 euros anuales, a las que se suman otras 210 que lo hacen de forma puntual, según datos facilitados por la Cámara de Comercio. El temor a que las ventas en el país norteamericano puedan retroceder debido a esta medida proteccionista ha llevado a las compañías leridanas a buscar mercados alternativos para introducir sus productos y diversificar sus ventas y muchas ya miran hacia los de Asia, Sudamérica o África, donde hay países emergentes con clientes de un alto poder adquisitivo dispuestos a pagar por productos de calidad como los que se elaboran en la demarcación.
También los hay que apuestan por reforzar su presencia en el Viejo Continente, el principal mercado de las exportaciones leridanas, donde el año pasado se vendieron productos por valor de 2.393 millones de euros, en torno a un 75% de las ventas en el exterior. Mientras, otras están buscando fórmulas para sortear la imposición arancelaria del 20% que, si nada cambia, entrará en vigor este próximo miércoles. Según explicó a este diario el director de internacionalización de la Cámara, Jordi Quejido, “en las últimas semanas hemos recibido bastantes llamadas de empresas preguntando si, por ejemplo, abriendo filiales en otros países con una tasa más baja–como por ejemplo Andorra, donde es del 10%– podrían beneficiarse de esta reducción”. El problema, añade Quejido, es que el producto que saliera de estas filiales constaría en las aduanas estadounidenses como de origen español, por lo que se les aplicaría igualmente la del 20%.
EEUU es el séptimo destino de los productos que exporta Lleida, por detrás de Francia, Alemania, Italia, Portugal, Países Bajos y Reino Unido. Durante el año pasado se vendieron a ese país productos por valor de 121,04 millones de euros, siendo el aceite de oliva, con 80 millones, el sector que más exportó, seguido del de los bienes de equipo, con 20 millones. Aquí se incluye, por ejemplo, el sector de la maquinaria agrícola, muy valorada a nivel mundial. Estos sectores serán los más perjudicados por los aranceles, que podrían lastrar en menor medida a otros como el del vino. El sector de la fruta de hueso y pepita, por su parte, ve en la política comercial de Trump una oportunidad, ya que les da la opción de introducirse en los mercados dominados, hasta ahora, por la producción de EEUU, como los de Canadá o México, que buscan ya nuevos proveedores, según Afrucat.
Aunque la afectación directa de estos aranceles podría ser en la provincia más limitada que en el conjunto de España, lo cierto es que sus consecuencias indirectas podrían ser más perjudiciales. Y es que cabe la posibilidad de que Trump, cercano a líderes de la ultraderecha, como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, opte por rebajar las tasas a ciertos países del bloque comunitario, lo que les daría ventaja sobre España a la hora de vender sus productos, como el aceite de oliva en el caso de Italia, a EEUU. Por ahora, habrá que esperar a ver cuál es el siguiente paso que dé el caótico inquilino de la Casa Blanca.
«El 50% de nuestra producción va a EEUU»
Estados Unidos es el principal mercado exterior de la empresa Arcusin, dedicada a la fabricación de maquinaria agrícola y con sede en Vila-sana. “El 50% de nuestra producción se vende allí”, explica su CEO, Blanca Cusiné, preocupada por el futuro incierto que se les presenta a corto plazo debido a la guerra comercial iniciada por Donald Trump. “Desde que llegó al poder sabíamos que esto podía pasar, por eso en noviembre aceleramos la producción para poderla hacer llegar a nuestros clientes de EEUU antes de que se anunciaran los aranceles”, indica Cusiné. El problema, añade, es que “los puertos estaban colapsados con productos que venían de China y de empresas que optaron por esta misma estrategia”.
Debido a esto, los envíos se retrasaron “y ahora tenemos en el mar un barco cargado con mercancía por valor de 9 millones de dólares que no sabemos si llegará antes de que entren en vigor los aranceles del 20%” el miércoles. De estar en vigor, ellos asumirán gran parte de este sobrecoste, ya que los productos están pagados, pero se verán obligados a trasladar una parte al cliente, con las consecuencias que esto pueda tener a nivel de marca. “Confiamos en que finalmente se pueda llegar a un acuerdo que evite estas tasas, porque para nosotros sería muy perjudicial”, lamenta. Arcusin tiene una filial en el estado de Kansas que fue impulsada por la propia Cusiné y que tiene 10 empleados (parte de ellos en la foto junto a Cusiné). “El trabajo de la plantilla puede estar en peligro si los aranceles causan una bajada de demanda”, dice. A largo plazo, explica la también vocal de Apricma, la empresa busca diversificar sus exportaciones abriéndose a nuevos mercados en países emergentes como India o Sudáfrica.