METEOROLOGÍA
Las tormentas de pedrisco han golpeado esta primavera al menos 15.160 ha en Lleida
Anomalía meteorológica en el sur de Europa con lluvias y frentes tormentosos y sequía en el centro y norte del continente. En los años noventa un temporal de granizo arrasó la producción en mayo

Una perito de Agroseguro analiza los daños en una finca de fruta de hueso temprana. - SEGRE
La atípica primavera que está viviendo Lleida desde el punto de vista meteorológico se ha saldado de momento con al menos 15.160 hectáreas de cultivos golpeados con el pedrisco, según los partes de balance facilitados por la conselleria de Agricultura.
Por extensión, los cereales son los cultivos con mayor número de hectáreas damnificadas, en concreto con 9.910 hectáreas, a las que le siguen ñas 5.008 de frutales, 207 de fincas de producción de frutos secos y 35 más de olivos. El gran problema llegó el 19 de abril, cuando una insólita tormenta arrasó la zona media de la comarca del Segrià, la Noguera, el Pla d’Urgell, el Urgell y Les Garrigues. Insólita porque abril no es ni mucho menos una fecha que se pueda considerar normal para que descargue un pedrisco de esas características. Desde entonces, la Asociación de Defensa Vegetal Terres de Ponent ha contabilizado otras seis tormentas más.
José Luis Sánchez, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de León, recuerda cómo en la década de los 90 una tempestad de granizo arrasó buena parte de la producción frutícola del llano de Lleida.
A la hora de analizar la situación de este año, Sánchez, experto en el análisis del comportamiento del granizo en Lleida y que trabaja con la ADV Terres de Ponent, habla de anomalía meteorológica en el comportamiento de anticiclones y borrascas. El famoso anticiclón de las Azores del que todos hemos oído hablar en las previsiones meteorológicas es una escudo ante las borrascas y frena su avance hacia la Península Ibérica. Pero estas semanas el análisis es bien diferente, con la consecución de masas de aire en el Atlántico que combinadas con el calor provocan mucha convección y tormentas de granizo en zonas y con una frecuencia que no es la habitual. Si situaciones como las actuales se repitieran con frecuencia, entonces se podría atribuir claramente al cambio climático, explica José Luis Sánchez.
Al hacer un breve repaso de la evolución del pedrisco en Lleida, recuerda que han llegado a analizar más de 160.000 granizos caídos en la provincia, con piedras de hasta seis centímetros, aunque el tamaño medio lo sitúa en torno a uno. “Llevábamos años con muy poco granizo y este año ya tenemos 60 granizómetros afectados para analizar, cuando ha habido campañas enteras con apenas 50 y otras en las que hemos llegados 300”. Hace veinte años, los granímetros se desplegaban en Lleida del 1 de mayo al 30 de septiembre, ahora se colocan ya en abril ante la posibilidad de tormentas tempranas.
Sánchez llama la atención que la anomalía meteorológica no se circunscribe a Lleida o la Península Ibérica, dado que mientras se han disparado las lluvias y el granizo en el territorio, el centro y el norte de Europa están preocupados precisamente por todo lo contrario, por la sequía.