BARRIOS
Indignación entre los vecinos de la periferia de Lleida al ver multiplicados sus recibos de la basura
La tasa se triplica en pisos de cuatro barrios, y en algunos casi se cuadruplica. La Paeria destaca que cuesta 36 céntimos al día de media, más barato que en municipios próximos

Imatge d’arxiu d’operaris d’Ilnet durant una neteja intensiva. - MARIO GASCÓN
“Mi recibo de la basura ha subido de unos 30 euros a 94 anuales, es una barbaridad”, considera una vecina de Mangraners que se siente “indignada” al ver que su factura se ha triplicado en un año. Aunque la Paeria ya anunció las nuevas ordenanzas fiscales el pasado octubre, explica que “es el tema del día”, ya que los vecinos de toda la ciudad han empezado a recibir esta semana las cartas con el precio actualizado que deberán pagar por el servicio.
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Hay un importe fijo de 81,05 euros en toda la ciudad (menos en l’Horta, de 56,30 euros) al que se suma una tasa variable que crece en proporción a la superficie de las casas. “Estamos recibiendo muchas quejas”, comenta la presidenta vecinal del barrio, Pilar Sánchez, que cita que un negocio de Mangraners pasará de pagar unos 80 euros a casi 500. Asimismo, en algunas viviendas el recibo casi se ha multiplicado por 4, al pasar de unos 30 euros a más de 110.

La tinenta d’alcalde Carme Valls va presidir ahir la reunió informativa sobre els rebuts a Balàfia. - AMADO FORROLLA
Mangraners es uno de los barrios donde más sube el recibo, pero no el único. El establecimiento de una tasa fija conlleva que se la factura se multiplique en 300 calles de quinta y sexta categoría, en los barrios más periféricos. “Los vecinos están muy enfadados, no tiene sentido pagar más por superficie, hay personas mayores que viven solas y generan menos residuos que en otros pisos más pequeños con más habitantes”, afirma la presidenta de la asociación de vecinos de La Bordeta, Mari Carme Guerrero. “Algunos vecinos se han quejado y hemos visto que el ayuntamiento está llevando a cabo reuniones en todos los barrios, pero a nosotros no nos han dicho nada”, lamenta la líder vecinal de Llívia, Nora Ribau.
Su homólogo del Secà, José Carreiro, explica que “aquí también hay muchas quejas” y cree que “la federación de asociaciones de vecinos debería quejarse conjuntamente ante el ayuntamiento”. Su presidente, Toni Baró, valora que “si el precio del servicio se debe sufragar íntegramente con los recibos, como obliga la Unión Europea, se debería compensar con medidas fiscales aparte de las bonificaciones previstas”.
Asimismo, el representante del colectivo gitano y presidente de la Associació Futur, Paco Salazar, destaca que en la Mariola hay muchas familias vulnerables que no pueden afrontar un aumento del recibo como este. Y sobre las bonificaciones, dice que muchas tampoco saben cómo pedirlas. “En todo caso, debería venir al barrio un asistente social y recoger y tramitar todas las solicitudes”, indica.
La edil Carme Valls recuerda que el año pasado se rebajó el IBI un 2% y explica que aún no se puede calcular el recibo por el número de personas que viven en las casas porque los padrones no están parametrizados, pero “lo haremos tan pronto como estemos listos”, afirma. Destaca que la tasa media es de 111,61 euros frente a los 165 de Alpicat o Almenar, por lo que en Lleida el servicio sale a 0,36 €/día.
El sector de la hostelería califica el incremento de “barbaridad”
El sector hostelero también es muy crítico con el gran incremento del recibo de la basura. El secretario general de la Federación de Hostelería de Lleida, Ramon Solsona, afirmó ayer que han recibido llamadas en este sentido y añadió que “ya advertimos de que era una barbaridad”. Reconoció que para aplicar mejoras en la limpieza de la vía pública, una reclamación general, son necesarios más recursos y que una normativa determina que el servicio se debe “autofinanciar”. Pero apuntó que efectuar un aumento tan elevado en la tasa “no está bien” y alertó de que ese coste se acabará trasladando “a la gente”.
Como ejemplo, la titular de la cafetería La Caseta de Gretel, en la calle Sant Hilari, detalló que por su local de 48 m² pagará este año 680 euros, el triple de los 240 que abonó el año pasado. “Es un robo. No se puede asumir”, indicó, y dijo que tendrá que acabar repercutiéndolo en los precios progresivamente.