El ascensor social se avería en Lleida tras cuatro décadas de mejora de las rentas
Nacidos en hogares pobres llegan a la clase media y la nueva pobreza se cronifica

La formación y el apoyo en el hogar para aprovecharla resulta clave para acceder a oportunidades.; Array - FIRMA FOTO
El ascensor social, el acceso a oportunidades de mejora económica en relación con la situación de origen familiar, da muestras de avería en Lleida después de cuatro décadas de mejora continua en las que la demarcación de Ponent ha mostrado una evolución claramente superior a las de Girona y Tarragona y similar a la de Barcelona.
“La pobreza no solo persiste, sino que se convierte en estructural y se hace invisible”, advierte Francesc López, secretario general de Cáritas Diocesana de Lleida, quien expone un dato inquietante: “el 70% de los hogares que atendemos tiene menores a cargo, y estos niños están abocados a heredar la pobreza de sus progenitores si no se rompen los círculos de la exclusión”.
Esa cronificación de la pobreza, con indicadores vengonzantes para una sociedad como el aumento del sinhogarismo, que en Lleida ya afecta a 230 personas, según la oenegé Arrels Sant Ignasi, llega después de que durante cuatro décadas el ascensor social, la mejora de rentas y de oportunidades que permite acceder a las clases medias y altas a las personas procedentes de las capas menos pudientes de la sociedad, haya funcionado a pleno rendimiento en la demarcación, tal y como pone de manifiesto el Atlas de oportunidades 2.0, un estudio, el primero en profundidad sobre este asunto en el Estado, elaborado por el Laboratorio de Oportunidades con el apoyo de la Fundación Felipe González y la Agencia Tributaria.
Según este estudio, los nacidos en Lleida entre 1980 y 1986 en los hogares que se encontraban en el llamado percentil 20 de rentas, es decir, en la quinta parte de los hogares más pobres, se encuentran hoy, como media, en el percentil 55,5, es decir, en el tramo nuclear de lo que sería la clase media. Y los procedentes del percentil 50, que ya estaban en la clase media, han visto mejorar su situación con un ascenso al 59,3.
Sólo la demarcación de Barcelona mejora ligeramente los resultados de Lleida, donde se perfilan tres grupos por áreas territoriales: uno de menos evolución en Alta Ribagorça, Alt Urgell y la Cerdanya, donde quienes salieron del 20 no han llegado al 50; otro intermedio, en la Segarra, el Sobirà, la Noguera y Aran, donde se encuentran entre el 50 y el 55, y una más, destacada, con niveles por encima del 55 y que integran el Solsonès, Les Garrigues, el Jussà, el Segrià, aunque los barrios de la capital se mueven entre el 51 y el 54, y el Urgell.
“Resulta sorprendente, por halagüeño”, señala Joan Ganau, profesor de Geografía de la UdL. La mejora, en realidad, enmascara el asentamiento de nuevos grupos en ese porcentil 20. “Se puede inferir que tenemos nuevos pobres. Los padres de la mayoría de quienes están hoy en el percentil 20 no estaban aquí en los años 80”, señala, en referencia a la elevada presencia migrante en ese grupo.
“El ascensor social, que sí funcionó en la generación de la EGB, no funciona ahora”, indica el geógrafo, ante la evidente escasez de capital cultural en esa cohorte por las diferencias de origen y por la lentitud que la que suelen discurrir los procesos de integración en ese ámbito
“Se ha de actuar sobre lo que crea la desigualdad”
Lidón Gasull, directora de aFFaC (Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Catalunya), destaca la influencia del nivel socioeconómico de los padres en el éxito educativo de sus hijos, que es también la base para su posible éxito en el futuro. Así, los de entornos más vulnerables suelen tener más dificultades que los de familias más acomodadas, o menos acceso a refuerzo o actividades extraescolares de calidad, por ejemplo. Reclama”políticas de familia y contra la pobreza” para corregir esta situación. “Se ha de actuar sobre lo que crea las desigualdades en el sistema educativo”, subrayó. En Catalunya el 34% de niños y adolescentes está en riesgo de pobreza y exclusión social, dijo, e incidió en la importancia del contexto familiar en la educación de los hijos, ya que afecta al rendimiento escolar. Los padres de familias vulnerables suelen no poder ayudarles con las tareas, por carecer de nivel académico o por no estar en casa al tener que trabajar más horas que los de familias más pudientes, que están más “respaldados”.
Solsona se sitúa como la capital más dinámica
Solsona se destaca como la capital de comarca de mayor dinamismo a efectos de ascenso en la escala social y económica de las últimas cuatro décadas en Lleida, puesto que es allí donde han alcanzado mayores niveles de renta en la actualidad tanto los nacidos en los hogares menos pudientes como los de clase media: los primeros ha llegado al 59,7, más de cuatro puntos por encima del promedio de la demarcación, y los segundos al 62,07, con una ventaja de casi dos. Es, junto con Aran, donde menos caen las antiguas clases pudientes.
El desplome del contrabando, un lastre en La Seu
El desplome de actividades informales como el contrabando, junto con la decadencia de otras como la agricultura y la ganadería extensivas, sitúa a una de las principales poblaciones de la demarcación, como La Seu d’Urgell, entre las menos dinámicas con permiso de El Pont de Suert. Los vecinos procedentes de los hogares más pobres no han llegado al percentil 50 en ninguna de ellas (47,28 la primera y 45,13 la segunda). Los de clase media sí mejoran en la primera (54,36) pero no en la segunda (49,44). El Pirineo acapara el bajo dinamismo.