CIVISMO
La difícil conciliación de ocio y descanso en el centro de Lleida
Vecinos de Sant Martí y su entorno denuncian que el ruido de los clientes de los pubs les impide dormir. La hostelería, a favor de buscar soluciones, pero dice que “hay cosas que no se pueden controlar”

Las calles Sant Martí, Teuleries, Bonaire y de la Llitera eran, hasta hace poco más de quince años, unas vías con comercios y empresas que raras veces ocasionaban ruidos o molestias a los vecinos, pero desde entonces toda esta zona se ha convertido en el principal foco del ocio nocturno en la ciudad, con más de una treintena de locales con los que deben “convivir”.
Una convivencia que, en los últimos años, se ha vuelto cada vez más difícil y tras la pandemia los vecinos crearon la Plataforma Contra el Soroll i l’Incivisme para denunciar las molestias que les ocasionan los clientes del ocio nocturno, que se traduce en noches sin dormir, calles llenas de gente y suciedad, vómitos y orines en la vía pública.
Por su parte, los hosteleros aseguran que toman medidas para no causar molestias, aunque admiten que hay factores “que no se pueden controlar”. Pese a ello, muestran su predisposición a colaborar con los vecinos para que, como hacen algunos, no deban dormir con tapones en los oídos.
“Lo único que pedimos es que se hagan cumplir las ordenanzas si hay infracciones por ruidos, suciedad o cierres más allá de lo permitido. Queremos que a los hosteleros les vaya bien, pero también queremos descansar”, dicen vecinos de Sant Martí, Teuleries y Bonaire.
Señalan que desde hace años deben convivir con los ruidos de los clientes de los locales nocturnos “todas las semanas de jueves a sábado” y que por muchas veces que se han quejado a la Paeria “no vemos que haya una voluntad para solucionar el problema o hacer las inspecciones pertinentes y creemos que algunos locales se aprovechan de esta inacción y, al final, de tanto llamar o quejarte te cansas y debes parar para no ir crispado todo el día”.
¿Y cómo intentan conciliar el sueño los días de fiesta? “Unos se ponen la radio para dormir y que su ruido bloquee el de la calle, ostros duermen con tapones en los oídos e incluso algunos vecinos han cambiado sus horarios y hacen labores del hogar de noche, mientras que otros han tenido que hacer un gran gasto para insonorizar sus casas”, señala un portavoz de la plataforma. Ruidos aparte, otro de los problemas son los orines y vómitos que se encuentran en sus aceras o incluso en sus portales.
“Muchas casas ya han instalado un grifo con manguera en el portal para limpiar los vómitos, ya lo hemos normalizado”, lamentan residentes de Sant Martí, que apuntan que hay vecinos que han decidido mudarse a zonas más tranquilas. “No queremos hacer de policías ni de vigilantes, como vecinos tenemos el mismo derecho que todos a descansar”, concluyen.
Por su parte, el representante del ocio nocturno de la Federación de Hostelería, Santi Salvador, asegura que este verano “no tenemos constancia de quejas de la plataforma pero siempre estamos dispuestos a solucionar las molestias que generamos y así lo hemos hecho, estamos todos en el mismo barco”. Sin embargo, reconoce que “hay cosas que son difíciles de controlar, pero siempre querremos colaborar con los vecinos para que puedan descansar”.