VIVIENDA
El regalo de viviendas entre familiares repunta en Lleida: hay uno cada dos días
En 2024 hubo 173 donaciones de casas, cifra superior a las de los dos años anteriores

Las donaciones de bienes entre familiares se registran ante notario. - PXHERE (CCO)
Cada dos días se registra en las notarías de Lleida un expediente de donación de viviendas entre parientes, según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), que reflejan un ligero repunte de este formato de transacciones inmobiliarias, reservado para familias de situación económica holgada, después de varios años de descenso.
La donación de viviendas entre familiares está repuntando en la demarcación de Lleida, donde esa tendencia coincide con una fase de carestía del acceso al techo en la que tanto los precios de compra (151.700 € de media por casa) como las rentas de alquiler (492 €/mes en el llano y 545 en el Pirineo) se encuentran en niveles de máximos históricos.
Los notarios de Lleida documentaron el año pasado un total de 173 operaciones de donación de vivienda, lo que arroja una media de más de tres por semana, casi una cada dos días. A ese volumen hay que sumarle las donación de otras 171 fincas urbanas, ya sean plazas de parking, trasteros o solares.
Esas 173 donaciones de vivienda superan a las de los dos ejercicios anteriores, que fueron 157 en 2022 y 136 en 2023, aunque se encuentra claramente por debajo del promedio de las últimas dos décadas, que es de 193 y que podría volver a alcanzarse este año ya que el acumulado de enero a agosto es de 153 (más otras 114 fincas urbanas).
Al contrario de lo que sugieren algunas informaciones recientes, el recurso a esta figura jurídica en Lleida está siendo menos frecuente que el que se da en otras zonas del Estado.
El número de donaciones de viviendas no bajó de las doscientas entre 2008 y 2014, y llegó a alcanzar un registro más bien cercano a las 300 con las 286 del primero de esos ejercicios. Desde entonces solo ha superado las 180 en una ocasión, con las 225 de 2021, una cifra que parece relacionada con la gestión, mediante traspasos de padres a hijos, de la bolsa de vivienda disponible que generó en cientos de familias el fallecimiento de ancianos como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
De hecho, la donación, que, por otra parte, no necesariamente se utiliza para canalizar propiedades de padres a hijos, tiene un uso prácticamente residual en Lleida, donde el año pasado supuso menos del 2% de los traspasos de viviendas de la demarcación y donde procedimientos como la herencia (1.456) tienen una frecuencia más de ocho veces superior. El año pasado las donaciones con viviendas fueron un 29% del total (580) y este año suponen un 25% (603).
En realidad, la baja frecuencia del recurso a este formato responde a una realidad socioeconómica: ¿cuántas familias pueden permitirse disponer de una vivienda traspasable a uno de sus miembros y asumir el gravamen fiscal que conlleva la operación por mucho que la normativa ofrezca rebajas cuando el perceptor tiene un parentesco de hasta el cuarto grado?
El notario Javier Cruz explica que “siempre recomendamos las herencias antes que las donaciones” de bienes inmuebles porque conllevan menos cargas fiscales, a excepción de cuando son a descendientes, se trata de la primera vivienda habitual, el recibidor no tiene más de 36 años ni una renta anual mayor de 36.000 euros.