Moix, cada vez más acorralado y sin apoyo del Gobierno, deja su cargo en manos de Maza

El futuro del fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, se oscurece y queda pendiente de la reunión que ha de mantener con su jefe, el fiscal general del Estado, José Manuel Maza. Mientras, el Gobierno ha cambiado de actitud y ha pasado de defender a Moix a la estrategia del silencio.

Señalaron este miércoles a Maza como responsable de tomar una decisión la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como el ministro de Justicia, Rafael Catalá, preguntados por Moix y por su participación en una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Panamá. Tras la confianza expresada el martes en Portugal por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, los miembros del Gobierno optaron este miércoles por recordar que es al fiscal general del Estado al que corresponde nombrar y remover al jefe Anticorrupción.

Técnicos fiscales piden investigar si con la sociedad panameña quiere evadir impuestos

No obstante, el propio Catalá explicó que él desconoce si Moix va a dimitir y aconsejó a los medios que no lo den por hecho. También contó que el martes llamó a Maza para preguntarle sobre las informaciones publicadas y el fiscal general del Estado le respondió que “no era nada, una propiedad familiar”.

Pero Moix cambió en pocas horas de discurso y, tras defender que su comportamiento fue correcto y transparente y descartar la dimisión, este miércoles admitió que se equivocó al no informar de su situación al fiscal general y abrió la puerta a su salida. “No tengo ningún apego al cargo”, delcaró en Onda Cero, donde admitió que tiene una conversación pendiente con Maza.

A la espera de que se produzca, Infolibre publicó este miércoles una información que contradice la versión ofrecida por Moix de que se enteró de la existencia de la sociedad en Panamá cuando fallecieron sus padres. De acuerdo con el abogado José Román Marín de la Bárcena, que actuó judicialmente contra la familia Moix a principios de los años noventa por impago y alzamiento de bienes en la construcción del chalé de Collado Villalba, en la declaración judicial de los padres, Moix estaba presente.

Según ese letrado, el padre dijo que solo era apoderado de la sociedad propietaria del chalé que posteriormente heredaron los hermanos Moix, pero que no era el dueño. La presión llega al Maza incluso desde el colectivo de técnicos del ministerio de Hacienda, que pidió a la Agencia Tributaria que abra una inspección para verificar si la sociedad familiar es una empresa para eludir el pago de 90.000 euros en impuestos.

La oposición endurece sus críticas y reclama su cese El PSOE y Podemos redoblaron sus críticas y su exigencia de responsabilidades: o bien el cese o bien la dimisión del fiscal anticorrupción, Manuel Moix. Ciudadanos, por su parte ultima una reforma del Ministerio Público para evitar actuaciones como la de Moix, con medidas que incluyen la elección del Fiscal General por una mayoría parlamentaria reforzada y que tanto este como los principales fiscales sean examinados en una audiencia previa. El presidente de la formación naranja, Albert Rivera, advirtió de que si el Gobierno decide mantener a Moix, buscará alianzas para forzar su destitución. Por su parte, el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón aseguró que “se está comprobado” que el fiscal jefe Anticorrupción carece de “bastante ética y transparencia para ocupar ese cargo”. La conservadora asociación de fiscales también pidió que ponga su cargo a disposición de Maza.