La campaña del PP entra en la recta final con llamadas a la unidad

Los candidatos a suceder a Mariano Rajoy en la presidencia del PP están afrontando su último fin de semana de campaña entre apelaciones a “escuchar a las bases” y llamadas a la “generosidad” una vez haya finalizado el proceso electoral interno de la formación. A este respecto, Soraya Sáenz de Santamaría, candidata y exmano derecha de Rajoy en La Moncloa, aseguró ayer que será “generosa” con sus rivales y que, si gana, “no preguntará a nadie con quién ha estado, sino que le preguntará si está con el partido y dispuesto a trabajar”. En un encuentro con militantes en la localidad valenciana de Alboraia, se comprometió a apoyar “siempre” las decisiones que adopte el PP. “Siempre he estado y estaré donde quiera el partido”, insistió. Por su parte, la exministra de Defensa María Dolores de Cospedal, que también se postula a la sucesión, se felicitó por la decisión del comité organizadora de no modificar el reglamento y mantener las normas para poder votar. “No se pueden cambiar las reglas de juego a mitad del partido una vez que se aceptan”, dijo. Así las cosas, el tercero en discordia, Pablo Casado, exvicesecretario de Comunicación de la formación, se marcó como objetivo, si vence en las primarias, llegar a los 11 millones de votos para dejar “colgado de la brocha” a Ciudadanos. Casado visita hoy Lleida y tiene previsto reunirse con militantes populares. Además, va a seguir el encuentro de la selección española en un restaurante de la capital del Segrià. Por otro lado, el exministro José Manuel García Margallo se definió como un “Trump en demócrata” capaz de renovar al PP y mejorar la coyuntura en España. Otro de los aspirantes, Elio Cabanes, abogó ayer por escuchar “al afiliado de base” para que marque el ideario popular.