La Guardia Civil considera la muerte de Julen como un homicidio imprudente

Los agentes de la Guardia Civil encargados de la investigación de la muerte del pequeño Julen al caer en un pozo de la finca de un familiar en Totalán, Málaga, afirmaron ayer que este suceso “no puede ser ninguna otra cosa” que un presunto homicidio imprudente.

Ahora investigan esta teoría y, en caso de que se confirmara, el acusado sería el familiar del niño propietario de la finca donde tuvo lugar la tragedia.

De hecho, el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga inició una causa después de la desaparición del niño, en la cual ya hay un informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que alude a la falta de autorización del pozo, ausencia de medidas de seguridad y supuestas irregularidades en los movimientos del suelo. Además, constan los testigos del pocero y del dueño de la finca.

Por otra parte, la complejidad de las cuatro microvoladuras que los expertos en explosivos de la Guardia Civil efectuaron para rescatar a Julen, el niño de 2 años muerto al caer a un profundo pozo en Totalán (Málaga), fue evitar dañar al pequeño y un posible derrumbe de la galería que excavaban los mineros.

La cantidad de explosivo a emplear era clave para los agentes del Servicio de Desactivación de Explosivos (Tedax) por el riesgo de que si se excedían se podía "ocasionar un pequeño derrumbe del túnel ya construido", y conforme se acercaban al lugar donde estaba el menor había que evitar causarle daños "en caso de que estuviese vivo".

El capitán de los Tedax Emilio Caba ha explicado a Efe que los especialistas en microvoladuras del servicio de montaña del instituto armado ya han efectuado varios rescates dentro de cuevas, aunque en el caso de Julen "la dificultad" es que se estaba haciendo un túnel y, en cierto modo, en ese caso "era algo novedoso".