SEGRE

DEBATE PRESIDENCIABLES

Regalos envenenados, fotocopias a modo de escudo y vanos intentos de hablar de empleo

Sube el tono en el último debate antes de las elecciones y Catalunya protagoniza los choques más duros

Pablo Casado, Pablo Iglesias, los moderadores, Pedro Sánchez y Albert Rivera posan ante las cámaras.

Pablo Casado, Pablo Iglesias, los moderadores, Pedro Sánchez y Albert Rivera posan ante las cámaras.EUROPA PRESSW

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“Hablemos de empleo”, propusieron los moderadores del debate electoral que organizó anoche Antena 3. “Es falso que pacte con independentistas”, afirmó el presidente del Gobierno y candidato socialista a la reelección, Pedro Sánchez. “Vaya tomadura de pelo”, respondió el candidato de Cs, Albert Rivera. “El presidente es rehén de la política de Podemos, devastadora como en Venezuela”, apuntó el presidenciable del PP, Pablo Casado”. “Ahora no toca hablar de Torra, sino de empleo”, terció el líder de Unidas Podemos, esforzándose en mostrar un perfil moderado.

Los candidatos recurrieron más a la escenografía que a los argumentos. Todavía en el bloque dedicado a hablar de empleo, Rivera regaló a Sánchez “un libro que no había leído”, y le entregó una copia de su tesis doctoral. El socialista le correspondió con otro volumen: Santiago Abascal, España Invertebrada, “para que conozca usted el pensamiento político de sus aliados”, dijo a Rivera.

Solo a base de insistencia de los moderadores habló el líder de Cs de su propuesta de contrato único “contra los contratos basura”. “Con ustedes todos lo serán”, replicó Sánchez, y se enzarzó con Casado sobre si la contratación subía o bajaba. Siguieron las turbulencias al hablar de fiscalidad: Cs y PP insistieron en bajar impuestos y suprimir el de sucesiones. Tanto él como Casado contrapusieron sus rebajas con la intención de PSOE y Unidas Podemos de “meter la mano en el bolsillo de los españoles”. Los aludidos respondieron: subirlos solo a grandes corporaciones. Esto decía Iglesias cuando hizo un alto para llamar a Rivera “maleducado” e “impertinente” por interrumpir. Eso sí, “con cariño”.

El tono subió al hablar de violencia de género. Sánchez sacó la fotocopia de una circular de la Junta de Andalucía y explicó que es el intento de hacer “listas negras” del personal que brinda apoyo a las víctimas. Lo atribuyó a Vox “con el PP como culpable y Cs como cómplice necesario”. Casado, airado, le llamó “sucedáneo de presidente” y sacó su propia fotocopia: un recorte periodístico de 1992, cuando el diputado vasco Jesús Eguiguren fue condenado por pegar a su esposa. “Y además negoció con ETA”, añadió.

Al hablar de Catalunya, Casado se refirió a la actuación policial del 1-O como “cargas contra borrokas” y afirmó que Sánchez “es el candidato favorito de los enemigos de España” y citó a líderes del independentismo catalán. “Esto le invalida”, concluyó. Rivera relató que en Catalunya “nos amenazan a los que defendemos la libertad” y pidió un Gobierno “que no esté en manos de Torra y Puigdemont”, Sánchez sacó otra fotocopia: la votación que rechazó los presupuestos con votos en contra de PP, Cs y otros como Bildu. “¡Trilero!”, le espetaron.

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