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INDUSTRIA

El Parlamento británico aprueba nacionalizar la acerera British Steel

Para salvar más de 2.700 empleo, al querer cerrarla su propietario chino

El primer ministro británico, Keir Starmer, visitó ayer por sorpresa los altos hornos de Scunthorpe. - KEIR STARMER/X

El primer ministro británico, Keir Starmer, visitó ayer por sorpresa los altos hornos de Scunthorpe. - KEIR STARMER/X

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El Parlamento británico aprobó ayer, en una sesión extraordinaria, el proyecto de ley de emergencia para evitar el cierre de la siderúrgica British Steel, la ultima fundición de acero del Reino Unido, y salvar 2.700 puestos de trabajo y muchos otros en la cadena de suministros. Después de varias horas de debates, las dos cámaras –Comunes y Lores– dieron el visto bueno a la pieza legislativa denominada Proyecto de Ley (Medidas Especiales), que entrará en vigor tan pronto como reciba la sanción del rey Carlos III del Reino Unido. Una vez tenga la aprobación real, el Gobierno asumirá el control de la planta de British Steel en Scunthorpe, en el noreste de Inglaterra, después de que las negociaciones con la propietaria china –Jingye– no prosperaran en los últimos meses por considerar esta que la compañía acumulaba unas pérdidas de 700.000 libras (840.000 euros) por día. Jingye argumentaba que los altos hornos de Scunthorpe no son sostenibles y atribuía la situación a las dificultades del mercado en medio de un escenario no demasiado atractivo debido a la guerra comercial iniciada por Donald Trump. Si bien los aranceles al acero del 25% impuestos por EEUU no han sido lo que ha obligado a Downing Street a intervenir, sí supuso la última gota para una industria que lleva décadas en crisis.

El Ejecutivo laborista tendrá que decidir ahora si busca un comprador privado para la planta, si opta por la opción combinada de fondos públicos y privados o si, en cambio, decide su nacionalización.

Hubiera sido el único del G7 sin capacidad de producir acero

La de ayer fue la primera vez desde la guerra de las Malvinas de 1982 en que los diputados son convocados a una sesión de emergencia parlamentaria durante un receso de Semana Santa, lo que pone de manifiesto la urgencia por salvar British Steel. Y es que de haberse clausurado sus dos altos hornos, la planta de producción de acero y la reducción de la capacidad de laminación de acero el Reino Unido hubiera sido el único país del Grupo de los 7 (G7, naciones más industrializadas) sin capacidad para producir su propio acero, algo que es vital porque se depende de ella para trabajos de infraestructura y el sector ferroviario. Además el cierre de la acería pondría fin a 135 años de producción de acero en Scunthorpe, una zona dependiente de la industria – British Steel emplea a 2.700 personas– y una de las más deprimidas económicamente del país.

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