El cielo respetó a los campaneros

Rayos y truenos y un cielo más negro que el carbón hacían presagiar una fiesta de los campaneros de Os de Balaguer pasada por agua. Instantes antes de iniciarse el acto, el temporal amainó y todo fue a pedir de boca. Al acabar los repiques y los discursos dedicados a los presos políticos, empezó a llover y la alcaldesa, Estefania Rufach, bromeaba sobre la buena suerte que habían tenido.

Euforia y dedicatorias

El Onze de Setembre vivió ayer un momento histórico con la victoria del ICG Lleida de hockey. Lágrimas, besos, ducha de euforia, de la que por cierto se salvó el presidente, y dedicatorias varias. De las más emocionantes, las de los hermanos Tomàs, en recuerdo de su padre, tanto el que marcó como el que lo paró casi todo.