BOIG PER TU
Para pasar el rato (o ni eso)
El humor, y por descontado los humoristas, tienen su hábitat natural, fuera del cual rara vez consiguen plenamente sus objetivos salvo contadísimas excepciones. Así, tenemos a la troupe de Polònia, que fuera de TV3 no tiene razón de ser, o a José Mota (Ciudad Real, 1965), que solo se entiende en TVE. Ahora acaba de estrenar en La 1 una comedia costumbrista titulada Historias de Alcafrán, que cuenta las vicisitudes de los vecinos de una pequeña localidad castellano-manchega, intento con el que se estrelló por ejemplo Mediaset con El pueblo. Curioso el caso de Mota con esta serie. Era un proyecto para la pública que pasó al cajón con la crisis de los 2000 para irse, él incluido, a Cuatro, donde no llegó a pasar del esbozo titulado El pilón. Ahora, ocho años después, ha vuelto a casa. Y la cosa, la verdad, no acaba de arrancar, con mínimas audiencias pese al talento creativo de Eduardo Ladrón de Guevara (Farmacia de guardia o Cuéntame) y con esa variopinta colección de vecinos, tópicos y típicos, que sirve, como mucho, para pasar el rato, y a veces ni eso.