Rocío Carrasco: Una lucrativa martingala

Después de ver la maratoniana segunda entrega (más de cuatro horas de programa) de Rocío: contar la verdad para seguir viva ya no hay que darle más vueltas. Telecinco y la hija de Rocío Jurado se han montado una más que lucrativa martingala enarbolando la bandera de la violencia de género (como podrían haber levantado otra si les hubiese convenido), aplicándose la máxima de Marx (Groucho) de “estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”.

Con la entrevista guionada, (mal) interpretada y primorosamente editada, con buen fondo pero con una indecente forma, Telecinco ha conseguido apalizar a la competencia de manera irreversible en la noche de los domingos y hacerse de oro con los anunciantes que la habían abandonado con el fiasco de Gran Hermano.

Rocío Carrasco consigue vengarse de su ex y mantener así su ritmo de vida (con los dos millones de euros ingresados por desnudar sus vergüenzas en público, cosa que lleva haciendo durante los últimos 20 años). Así que podemos prometer y prometemos que no volveremos a tocar este tema. Hasta que toque, claro está.