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Ortega Cano, en el programa.

Ortega Cano, en el programa.SEGRE

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Decíamos ayer que Mediaset anda como loca moviendo fichas para parar el avance de Atresmedia y sus telenovelas turcas. Este viernes asistimos a la (pen)última jugada. Como los refritos de la temporada del Viernes Deluxe eran un fracaso, se han sacado de la manga un Viva el verano con Toñi Moreno, que no es otra cosa que la edición nocturna de su Viva la vida de las tardes del fin de semana.

De entrada no parecía mala la idea, sobre todo “estrenando” programa con la presencia en el plató del casi siempre inaccesible Ortega Cano (que desde que ha pasado por el taller de chapa y pintura anda el hombre irreconocible). Lo malo es que, salvo un par de puyitas a su hijastra, Rocío Carrasco, en forma de “no he hecho nada por lo que tenga que pedirle perdón” y “que sea verdad lo del diario de Rocío Jurado que dice que tiene”, el resto fue un baño y masaje de Toni Moreno al extorero, lo que hizo arder las redes. Primero por defender la tauromaquia (¿qué esperaban?), la continua referencia a su persona como “maestro” y el pasar de puntillas por su paso por la cárcel.

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