Hasta que pase una desgracia
Desde ese mismo rincón, y desde otros muchos firmados por compañeros con un mínimo de sentido común, hemos denunciado el trato inhumano, en base, eso sí, al morbo y la audiencia, que se confiere a los reporteros, normalmente becarios, de los programas de informativos y de los denominados “cajones de sastre”, que lo mismo están para un fregado que para un barrido en aras de la actualidad informativa. Da lo mismo. ¿Que hace calor extremo? Pues allí los envían para que se achicharren en directo. ¿Que hay inundaciones? Pues nada, a informar con el agua hasta las rodillas o más arriba. ¿Que los termómetros se congelan? Un abrigo más recio y “tira p’alante”. ¿Que nieva? A ver si te quedas incomunicado/incomunicada y entras en directo. Ahora que los fuegos asolan este país con los altos mandos de vacaciones o hablando desde la distancia, las redes se han puesto estupendas porque Telecinco, en los incendios leoneses, mantuvo a una reportera en conexión mientras el humo y las llamas le acariciaban el micro. Un éxito informativo. Y hasta la próxima.