La bipolarización no cesa
Desde la época de Caín y Abel, el estás conmigo o contra mi forma parte de la historia de la humanidad. Ahora mismo domina por completo nuestra existencia, desde el Congreso de los Diputados hasta las asambleas de las Comunidades de Vecinos (si aún no están convencidos fíjense en la pugna At. Lleida-Lleida FC, y ya nos contarán). En el mundo del deporte, además, siempre han ido un paso por delante que el resto. Si ganan los míos engrandecemos el triunfo y minimizamos al rival exagerando sus errores; y si ocurre al contrario, lo mismo. El Chiringuito, el programa de Mega, es un claro ejemplo. No tiene término medio. El sábado, con Pedrerol sospechosamente ausente, escenificó un vergonzoso capítulo, impropio de una televisión y más propio de una barra de bar (de segunda fila, además) tras el 5-2 del Atlético-Madrid. Tomás Roncero, madridista a muerte, se las tuvo con Cristóbal Soria, anti Madrid a muerte. Comenzaron insultándose. Luego alzaron la voz y finalmente se enzarzaron en una pelea verbal y con empujones incluidos. Muy edificante no fue la cosa, la verdad.