El filón inagotable
Las memorias de Juan Carlos I, el rey emérito, tituladas como Reconciliación y editadas por Planeta, no llegarán aquí hasta el 3 de diciembre. Pero da igual, ya no se habla de otra cosa. En Francia verán la luz esta misma semana y el exmonarca ya ha concedido entrevistas a los medios franceses. En las tertulias etiquetadas como serias y en las otras, sobre todo estas, ha comenzado un debate inacabable acerca de cuánto hay de verdad en lo que dice, o diría, y cuánto es un intento de blanquear sus escándalos que acabaron con su exilio en Abu Dabi, donde por cierto cada vez pasa menos tiempo. A todo esto hay que unir que no ha sido invitado por Zarzuela a los fastos oficiales del 50 aniversario de la monarquía en este país. Y aún falta lo mejor por llegar. Cuando Reconciliación ya esté en los quioscos, todos buscarán las referencias a Bárbara Rey. Se la mencione o no, es buena excusa para pasearla por los platós, previo pago, claro. O cuando menos perseguirla por la calle, cámara y micrófonos en ristre, al grito de “qué opinas de lo escrito”. Va a ser el tema de las navidades, fijo.