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Josep Maria Colom y la OJC, el pasado domingo en el Auditorio.

Josep Maria Colom y la OJC, el pasado domingo en el Auditorio.JGS

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CLÁSICA

★★★★☆
El domingo asistí a un concierto de Bach y Mozart en el Auditorio y salí como si hubiera presenciado una masterclass de filosofía. Tocaba Josep Maria Colom, un pianista de los de la vieja escuela, dicho sea esto en la más elogiosa de las acepciones. Colom no es especialista de nada. Es simplemente –¡casi nada!– músico. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que en lugar de idolatrar a los autores ama a sus músicas. Miguel Ángel pensaba que las esculturas estaban dentro del mármol y su labor era sacarlas. Así sacó Colom la música que hay dentro del concierto 17 de Mozart, al que incorporó una cadenza maravillosa que no había oído n unca y supongo que es suya, y al que añadió unos sorprendentes enlaces entre los movimientos –imagino que también suyos– que conviertieron la obra en una cosa parecida a una suite de Keith Jarrett. Jamás había visto en un concierto mozartiano estos enlaces, que después, informándome, he descubierto que en su día fueron habituales. Junto a ese Mozart, Colom reivindicó el Bach tocado con Steinway con un espíritu hermosamente libérrimo. La impresionante cadenza del primer concierto para teclado de la historia, el quinto de los de Brandeburgo, fue rubateada con enorme clase, desacomplejado flow y chopinianos aires, todo ello sin faltar al respeto a la música. Le acompañó una OJC que estuvo muy cómoda, magníficamente dirigida por el concertino Joan Espina. Las grandes obras no están escritas para instrumentos concretos porque nuestra realidad material nunca estará a la altura de la idea abstracta del genio, que es lo que vale. El Bach de Colom nos ofreció una cara de la montaña, y es bellísima. Nos perdimos la otra cara, pero es imposible ver la montaña entera, y ya va siendo hora de que todo el mundo entienda, incluidos los fanáticos que dicen que Bach no se puede interpretar con instrumentos modernos, que Dios es demasiado grande para que solo sea católico.
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