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El grupo cántabro Los Deltonos, en pleno concierto en La Boîte.

El grupo cántabro Los Deltonos, en pleno concierto en La Boîte.J.C.

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ROCK

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Nos temíamos lo peor.. Los Deltonos, una banda que desde su nacimiento hace cuatro décadas se ha caracterizado siempre por un potente y musculoso power rock, podían sonar fatal en un espacio como La Boite, caracterizado siempre por condiciones deplorables, desde ese punto de vista. Pues, no.

Alguien nos había asegurado que se le había dado un auténtico revolcón a las condiciones sónicas de la sala y, efectivamente, desde los primeros guitarrazos pudimos comprobar que nuestros peores augurios se desvanecían como una boira amable, y que la actuación podía ser de las de tomo y lomo, como así sucedió, con oficiantes tales. Sin duda, uno de los mejores combos en su género de todo el estado, batidos en mil batallas y con una de las trayectorias más auténticas e irreprochables del negocio musical. Así las cosas, con el escenario iluminado infamemente de azul –los del grupo parecían salidos de Avatar– y registrándose bastante buena entrada de público (se habían hecho porras de si serían capaces de llenar el local o si, como por desgracia suele ocurrir tantas veces en Lleida con magníficos artistas, acudiríamos cuatro y el cabo), el grupo cántabro, en formato de trío estilo Cream y compuesto por Hendrik Röver, guitarra y voz solista, Sergio Rodríguez, bajo y voces, y Javi Arias, batería, nos obsequió con un concierto espectacular de rock & blues de escuela.

Y es que llenaron hora y media larga de repertorio adrenalínico a base de temazos extraídos de sus muchas entregas discográficas disponibles, muy cañeros y veloces y con fuzz del bueno, como mandan los cánones. Pero que nadie se piense que Los Deltonos son de los de “mucho ruido y pocas nueces”, nada más lejos de la realidad. Una de las características más llamativas y que más me gustan de su fórmula irrefutable en cuanto a las composiciones es la brillantez textual en las que siempre han logrado encajes rítmicos perfectos y absoluta corrección en la acentuación de sus versos.

Daría la sensación de que huyen de esas largas historias típicas de la americana, que han cultivado durante tantos años, para ir más al grano de lo que quieren contar. En fin, una noche inolvidable con grandes éxitos de un grupazo en estado de forma magnífico y con la sensación de que por el bueno de Hendrik no pasan los años. ¡Amén!

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