Apagar y concienciar

No ha hecho más que empezar y ya puede calificarse de horribilis este verano en lo que a incendios forestales se refiere. Después del gran fuego de la Ribera d’Ebre, que afectó al Segrià y Les Garrigues, no hay día que no tengan que intervenir los Bomberos. Ayer, sin ir más lejos, se declararon una decena de incendios. Las altas temperaturas no ayudan pero el problema va más allá de los factores meteorológicos. La Guardia Urbana ha identificado a un presunto pirómano en La Bordeta y se le ha incautado el material con el que habría provocado diversos fuegos. Sin duda, una buena noticia. Pero más allá de perseguir a los negligentes y sofocar incendios, las instituciones deben comprometerse a fomentar un cambio social, que si bien no impedirá que se declare un fuego, sí que reducirá las posibilidades de que se descontrole y acabe en tragedia. Y esa responsabilidad es compartida. Todos podemos ayudar consumiendo productos de km 0. Si los agricultores no abandonan la tierra, el fuego no podrá extenderse con tanta rapidez como si de una zona boscosa se tratara. Carles Arteaga, de la UdL, y Andreu González, de Boscos de Muntanya, ponen énfasis en el papel proactivo de la sociedad a la hora de revertir la despoblación rural y cómo ese pequeño gesto individual en el supermercado puede actuar como un potente cortafuegos.

Resaca electoral

Difícilmente se alejará el fantasma de la desafección política si el votante es ninguneado sin paliativos. Dos meses largos después de la celebración de las elecciones generales, Pedro Sánchez sigue sin conseguir los apoyos necesarios para revalidar la presidencia. Tampoco está despejado el horizonte tras las municipales. El pacto entre JxCat y el PSC en la diputación de Barcelona llevó ayer al conseller de Territorio, Damià Calvet, a reclamar a ERC que envíe una “propuesta concreta” que haga posible revertir los acuerdos con “los partidos del 155”, en alusión a pactos como el que ERC ha alcanzado con el PSC en municipios como Tàrrega, porque dice que aún se está a tiempo de dar marcha atrás. Parece poco serio.