SEGRE

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Aún es pronto para cantar victoria, pero lo cierto es que los indicadores que tanto nos han agobiado marcan una buena evolución y se empieza a ver, al menos desde el punto de vista sanitario, la salida a la pandemia. Bajan los casos, descienden los ingresos hospitalarios y las estancias en las UCI, y en Lleida dos de cada tres municipios, hasta un total de 150, tienen la tasa de transmisión de Covid a cero, y solo cuatro, Tremp, Artesa de Segre, Montellà i Martinet y Alguaire, mantienen un índice elevado, aunque afortunadamente con tendencia a la baja y sin alcanzar los niveles registrados durante el año pasado.

De hecho, las cifras de Lleida son las mejores de los últimos ocho meses, y también hay que felicitarse porque en el ritmo de vacunación estamos por encima de la media catalana, tanto en primeras como en segundas dosis. No hay que lanzar las campanas al vuelo porque aún hay un riesgo latente, pero ya se han aprobado nuevas medidas de desescalada y viviremos el primer fin de semana completo sin estado de alarma.

Quedan dos factores por aclarar antes de considerar despejado el panorama de cara al verano, y el primero es conocer el impacto de la euforia desatada con el fin de la alarma y las concentraciones masivas que se produjeron y que en Lleida coincidieron con la fiesta mayor. Habrá que esperar una semana para conocer su impacto en la evolución de la pandemia, pero teniendo en cuenta que la mayoría de la población de riesgo ya está vacunada, hay que ser prudentemente optimistas.

El segundo factor de riesgo en nuestras comarcas es la posible llegada de temporeros y personas sin techo en busca de trabajo, que el año pasado tuvo unas consecuencias nefastas, pero el anuncio de vacunación masiva a temporeros y la llegada de dosis permite afrontar la campaña pensando que la situación está más controlada y que no se traducirá en nuevos rebrotes. En cualquier caso, hay que seguir insistiendo en extremar la prudencia, porque en cualquier carrera los últimos metros suelen ser los más complicados, pero la batalla sanitaria está bien encarrilada y habrá que centrar esfuerzos en ganar también la crisis psicológica y la económica.Guerra en GazaEl polvorín en el Próximo Oriente ha vuelto a estallar, si es que alguna vez estuvo desactivado, con bombardeos aéreos y preparativos de invasión terrestre.

El detonante ha sido en esta ocasión el desalojo de palestinos en Jerusalén y Gaza para instalar colonos judíos, con manifestaciones de protesta, respuesta de Hamás y represalias israelíes, y el resultado es una nueva escalada bélica en un conflicto secular ante la impotencia de unos, la complacencia de otros y la multiplicación de tensión y de muertos. .

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