SEGRE

Creado:

Actualizado:

Hemos vivido el mes de enero más seco de los últimos diez años y, si ampliamos el panorama, las estadísticas reflejan que en los últimos cuatro meses ha llovido un 36 por ciento menos que en el año anterior. Si tenemos en cuenta que en el periodo que va de octubre a abril se concentra habitualmente el 75 por ciento de las lluvias, es fácil deducir que nos encontramos en vísperas de un periodo de sequía severa que, de no cambiar la meteorología, se traducirá en problemas para la agricultura y podría alcanzar a los abastecimientos de boca como ha empezado a suceder en Girona con 22 pueblos que ya están en situación de alerta. Las previsiones no mueven al optimismo porque solo se anuncian lluvias aisladas y en general se prevé una primavera seca, porque los meteorólogos advierten que hay un 50% de posibilidades de que en los tres meses próximos llueva menos de lo normal, con el agravante de que las reservas de agua en los pantanos están a un 44 por ciento de su capacidad, quince puntos por debajo de la media de los últimos diez años.

En algunas comunidades como Andalucía o el Pirineo Oriental la situación aún es más grave porque las reservas no llegan al 30 por ciento y se han empezado a aplicar restricciones. De momento en Lleida aún no padecemos el problema con la misma crudeza porque el deshielo puede paliar parcialmente la falta de lluvias y porque la campaña de riegos no empieza hasta la primavera, pero la sequía, de mantenerse, sí puede perjudicar a la siembra y al conjunto de la agricultura, y algunas zonas pueden tener problemas de suministro. Desgraciadamente, la situación no es coyuntural, sino que se ha convertido en cíclica porque el cambio climático es una evidencia irrefutable y la tendencia es a que llueva menos y que en nuestra zona geográfica padezcamos sequías cada vez más severas y que se vayan repitiendo cada tres o cuatro años.

Las medidas para reducir los consumos no han sido todo lo efectivas que la situación requiere y los pantanos están en cotas extraordinariamente bajas para la época del año en que estamos. Conviene que seamos conscientes del problema y que empiecen a tomarse medidas antes de que sea demasiado tarde.Materiales más caros

Se justificaron los incrementos en el coste de materiales para la construcción, de la madera al vidrio pasando por el aluminio o el cemento, por el impacto de la pandemia, la caída de la producción, los costes de transporte y el exceso de demanda, pero han pasado los meses y los precios se mantienen altos. La consecuencia será que los pisos también subirán de precio y tendremos otro freno añadido a la recuperación económica tras la pandemia.

tracking