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Media docena de organizaciones agrarias –Revolta Pagesa, Unió de Pagesos, Asaja, Federació de Cooperatives Agràries, Manifest del Gran Urgell, Afrucat y Pagesos o Conills– aprovecharon ayer el último día de la Fira de Sant Josep de Mollerussa para presentar un manifiesto conjunto en el que exigen un cambio de rumbo de las políticas que aplican las distintas administraciones, afirmando que han llevado el sector “a la ruina”. “Queremos vivir dignamente de nuestra profesión, sin políticas que solo nos desprestigian y nos menosprecian, y que nos han llevado a esta situación límite con, entre otras cosas, un exceso de controles y trámites burocráticos”, subrayan. También piden una mejor gestión de la fauna que daña los cultivos, que la agricultura no sea el ámbito más perjudicado en el reparto del agua y una modificación de la ley de la Cadena Alimentaria “para acabar con los abusos”, entre otras cuestiones. Los representantes de estas entidades protagonizaron un acto conjunto para visualizar su unidad de acción, en el que avisaron de que volverán a protestar en las carreteras si no se aplican las medidas acordadas en las últimas semanas o si la convocatoria de las elecciones al Parlament frena las negociaciones pendientes. Los agricultores y ganaderos no están dispuestos a permitir que la coyuntura política sirva como excusa para dilatar iniciativas que mejoren su actual situación. Y los dirigentes de todos los partidos deberían tomar nota de esta demanda, porque en muchas ocasiones da la impresión que priman sus intereses partidistas antes que abordar problemas que afectan al conjunto de los ciudadanos, porque, como dicen los firmantes del manifiesto, “esta no es solo una lucha de la payesía, sino de toda la sociedad”. El hecho de que esta declaración se haya hecho pública en la Fira de Sant Josep es una prueba de que es un certamen de referencia para el sector agrario de toda Catalunya, independientemente de las cifras concretas de visitantes y ventas. Y, además, esta edición también ha sido buena en ambos parámetros, según las primeras estimaciones hechas públicas ayer por el alcalde de Mollerussa. Alrededor de 138.000 personas han pasado por el recinto durante los cuatro días, un 78% de los expositores han manifestado que volverán el próximo año, un  67% han cubierto o superado sus expectativas de negocio y todo apunta a que el salón del automóvil superará los 151 vehículos vendidos por un importe de 5 millones de euros de hace un año. Por lo que respecta a tractores y maquinaria agrícola, habrá que esperar a las próximas semanas para conocer las transacciones que se cierran a raíz de los contactos efectuados durante la feria. Por último, otro elemento que constata la importancia de la Fira de Sant Josep es que es un foro de debate sobre los principales retos a los que se enfrenta la agricultura, desde la innovación tecnológica hasta la sequía. 

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