Lecciones para aprender del actual Barça
El Barça se proclamó campeón de La Liga de manera matemática tras la victoria ante el Espanyol en Cornellà el jueves. Los azulgrana cierran una temporada brillante en la que también han conquistado la Copa del Rey y la Supercopa de España. Bajo la batuta del alemán Hansi Flick, el conjunto culé ha destacado por su juego intenso, presión alta y gran solidez táctica, derrotando a sus máximos rivales en los momentos clave: doble victoria frente al Real Madrid en Liga, remontada épica en el Metropolitano y una demostración de poderío ofensivo con 97 goles en la competición. Con solo un fichaje destacado, Dani Olmo, y con limitaciones de fair play financiero, el Barça ha confiado en la cantera y en la evolución de jugadores como Lamine Yamal, Pedri, Cubarsí o Fermín. El tridente ofensivo formado por Yamal, Raphinha y Lewandowski ha sido clave, con un Lamine de solo 17 años como gran revelación de la temporada. La defensa adelantada, liderada por Íñigo Martínez y Cubarsí, ha sido otro de los pilares del éxito. Flick ha logrado recuperar la mejor versión de futbolistas como De Jong, Ferran Torres y el propio Raphinha, consolidando un proyecto ilusionante tanto en presente como en futuro. Este es el resumen objetivo, pero las lecciones de esta temporada van mucho más allá y, aunque sea por hacer de la necesidad virtud, demuestran que el dinero no siempre es lo más importante, al menos en el deporte. Si hay talento, y en la Masia lo ha habido siempre, sacrificio y un buen director de orquesta que prime el éxito colectivo a los egos individuales, nada es imposible. Es evidente que esta familia que es hoy la plantilla del Barça tiene también un héroe superlativo que es Lamine Yamal, casi un niño de 17 años que en sí ya es toda una lección de vida: un Mozart del balón salido de un barrio muy modesto que si mantiene la cabeza en su sitio no tardará mucho en poder compararse con Messi. Y lo más importante de todo: la Masia, una cantera única en el mundo. Y no podemos olvidar en esta triunfante temporada la aportación del Futbol Club Barcelona a la visibilidad y consagración del fútbol femenino. Campeonas también de la Liga y que en Lisboa pueden ganar una nueva Champions el próximo sábado y que como ningún club del mundo se ha esforzado por lograr una mínima equidad en los sueldos de sus jugadoras y seguir rompiendo techos de cristal en pro de la igualdad. Enhorabuena a todos y por todo. Solo hay dos máculas en lo acontecido el jueves y que merecen una reflexión: el triste atropello producido antes de empezar el partido de Cornellà y el veto a celebrar la Liga en el césped del Espanyol. En el suceso, sonroja ver comportarse como una jauría a los aficionados ante una conductora que está en un lugar equivocado con su coche y en el segundo, cuando celebrar un título se considera una provocación ya no estamos hablando de deporte.