Humanidad
¿Qué más puede hacer Elisabet Lizaso, alcaldesa de Camarasa, para evitar tragedias en La Platgeta? Ha contratado a 9 personas que hacen vigilancia y advierten a los bañistas en esta zona, Sant Llorenç de Montgai y el Congost de Mu; ha alejado el tráfico rodado; ha quitado la zona de pícnic; ha repartido señales que advierten de los riesgos; ha colocado boyas en zonas con remolinos... ¿Qué más puede hacer? Probablemente nada. Es posible que ningún ayuntamiento haya hecho tanto como el de Camarasa por la seguridad en zonas de baño internas teniendo en cuenta su capacidad financiera, pero después de que estas medidas contribuyeran a que no se registraran tragedias durante varios años, en 2024 hubo una muerte y ayer se recuperaron los cadáveres de dos jóvenes que se llevó la corriente el lunes cuando se bañaban sobre las ocho y media de la tarde, a una hora en la que las 9 personas contratadas ya no trabajaban porque no pueden hacerlo todo el día. Lizaso no puede hacer nada más, pero lo que hace es admirable. ¿Qué más puede hacer para evitar tragedias en la carretera Eli Capdevila, la vecina de Les Borges que en 2016 perdió a una hija que se cruzó en la N-240 con un desalmado que hizo un adelantamiento ilegal? Seguro que con su admirable participación en la campaña del Servei Català de Trànsit contribuirá a que algún conductor no cometa una infracción que sin esa campaña acaso habría cometido y quizás habría empeorado más todavía las horrorosas cifras que llevamos en Lleida en tres semanas de julio, con 9 fallecidos en la carretera, tantos como en los 6 meses anteriores juntos, con siniestros como el de ayer en Vila-sana o el del lunes en Balaguer, en el que una mujer de La Pobla de Segur pasó 6 horas dentro del coche al lado de su hija ya probablemente fallecida. Oriol Yuguero explicaba ayer en su artículo semanal en este diario que para entrar en Medicina se necesita la estrafalaria nota de 13,3 sobre 14. Para conseguir esa nota hay que sacar un 9,5 o un 10 en casi todas las asignaturas, y para lograrlo tienes que pasarte el bachillerato estudiando prácticamente de forma exclusiva y perdiéndote necesariamente buena parte del contacto con la vida y las personas que abre la puerta a la empatía. El servicio de Urgencias del hospital Arnau de Vilanova ha mejorado en los últimos tiempos desde que lo dirige un hombre que entró en Medicina cuando se necesitaba un 6,7 sobre 10 para acceder a la carrera. En el momento en que ese hombre comenzó sus estudios universitarios hacía teatro y era voluntario en Cruz Roja. Ese hombre se llama Oriol Yuguero Torres y se doctoró en 2015 con una tesis que analiza la empatía y el burnout de los médicos y enfermeras y su relación con la calidad asistencial. El mundo es mejor porque existen mujeres buenas y hombres buenos como Lizaso, Capdevila y Yuguero que nos regalan su humanidad.