Respeto al volante
Diez personas muertas en las carreteras de Lleida en lo que llevamos del mes de julio. Veinte desde que empezó el año. Es una cifra bestial, inaceptable, impropia de un país avanzado en pleno siglo XXI. El jueves informábamos de que el Servei Català de Trànsit ponía en marcha medidas para tratar de frenar esta sangría y el viernes ya se podían leer carteles en la autovía A-2 que llevaban la cuenta de este siniestro goteo de vidas truncadas. Nueve en la demarcación leridana, se precisaba. Demasiadas. El mensaje, sin embargo, ya no es válido. Ayer de madrugada falleció la ocupante de un vehículo en una salida de vía en la LV-9225, en Albesa. Otra. ¿Qué está pasando? Nunca hay soluciones simples a problemas complejos, pero es evidente que hay que actuar. Trànsit ha anunciado un refuerzo de la presencia policial en puntos estratégicos de la red viaria leridana, más radares, amén de los ya mencionados carteles de impacto. ¿Suficiente? Seguramente no. Seguramente ningún gobierno podrá acabar por sí solo con la siniestralidad en la carretera. Nosotros somos parte de una ecuación que debería tender a cero. La entrada en vigor del carnet por puntos redujo drásticamente la mortalidad en las carreteras. El miedo a perder esos preciados puntos nos hizo ser más prudentes y se obró el milagro. Ahora que ya sabemos que se recuperan con un cursillo de pocas horas volvemos a ser los de siempre al volante. Y vemos anuncios en los que familiares reales de víctimas reales que se ha cobrado la carretera, como la joven Marta Sòria de Les Borges Blanques, vuelven a romperse de dolor en pantalla con solo recordar el peor día de sus vidas. Y empatizamos con ellos pero no parece que aprendamos la lección. Tampoco ayuda la indulgencia social (y también judicial) con los causantes de accidentes mortales, como si por no empuñar un arma no existiera un delito, o no fuera lo suficientemente grave. Y lo es. O lo debería ser. Que el marcador se pare.
¿Tan poco vales?
“¿Tan poco vales que tienes que pagar? La prostitución existe porque tú la pagas”. En 2008 el ayuntamiento de Sevilla interpeló con este contundente mensaje a los clientes. Vallas publicitarias estratégicamente situadas cerca de prostíbulos les recordaban que Pretty Woman era solo un cuento de hadas. Silvia Pérez Freire es autora de la tesis Victimización en la Trata sexual: imaginarios e invisibilización, donde alerta de que las mujeres que ejercen la prostitución están entre los grupos de personas más vulnerables en la sociedad. Las probabilidades de que mueran asesinadas son de 15 a 20 veces más que otras mujeres del mismo grupo de edad. El incendio de Bellpuig fue un infierno dentro de otro infierno.