Una muerte por un golpe de calor que era evitable
El informe preliminar de la autopsia del temporero vecino de Lleida que el lunes falleció mientras recogía fruta en Alcarràs indica que sufrió un golpe de calor. El trágico suceso tuvo lugar a primera hora de la tarde en un día en el que las máximas superaron los 41 grados. A partir de aquí, habrá que esperar a que la investigación de los Mossos d’Esquadra determine si hay algún tipo de responsabilidad. Está claro que no se puede trabajar a la intemperie en el campo cuando más altas son las temperaturas en plena ola de calor. Ahora bien, hay que ser prudentes y evitar generalizaciones injustas, porque la gran mayoría de los agricultores y empresas del sector implantaron hace días una jornada intensiva solo de mañana. Esta muerte constata las consecuencias que tiene el cambio climático en diversos ámbitos. Por mucho que lo digan los negacionistas, no siempre ha hecho el calor que soportamos de forma cada vez más habitual en la actualidad, ni tampoco es normal la frecuencia con que se repiten los fenómenos meteorológicos extremos. En este sentido, otra prueba que los desmiente es que la granizada caída el martes en parte del Segrià es nada menos que la decimoséptima de lo que va de año en las comarcas de Ponent, después de que la primera, la que afectó a más hectáreas, se registrara en abril, mucho antes de lo que solía ser habitual. El pasado mes también pudimos comprobar de primera mano otro de los efectos de esta nueva realidad, con el devastador incendio originado en la Segarra, que avanzó a una velocidad nunca vista y que se cobró dos vidas en Oliola, en la Noguera. El cambio climático tiene consecuencias que nos obligarán a introducir cambios en nuestro modo de vida a todos los niveles, también en el laboral. Es necesario seguir las recomendaciones sanitarias cuando hay una ola de calor para evitar situaciones que pongan vidas en riesgo. Más vale prevenir que tener que lamentar hechos como el que ha tenido lugar en Alcarràs, y hay que ser conscientes de que nos deberemos acostumbrar a soportar veranos muy calurosos.
Adiós a un gran empresario
La muerte de Julio Sorigué ha dejado a Lleida sin uno de sus referentes a nivel empresarial. La firma que fundó en 1968, Sorigué S.A.U., se ha convertido en una de las principales del Estado del sector de la construcción. Pero su labor también ha sido muy importante en el campo cultural y social, con la creación de la fundación que lleva su nombre, que cuenta con una de las más importantes colecciones de arte privado de España, y con el centro ocupacional para discapacitados psíquicos. Y todas estas iniciativas han estado radicadas en Lleida, contribuyendo así a su desarrollo.