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La depresión, que tradicionalmente se asociaba a la soledad o a otras situaciones que sufren sobre todo personas adultas y de edad avanzada, afecta cada vez a más niños y adolescentes. En lo que va de año, el Área de Salud Infantil y Juvenil del hospital Sant Joan de Déu de Lleida ha atendido a 275 menores por este motivo, superando así los de todo el pasado ejercicio, cuando fueron 265, y también los 243 que hubo en 2023. Y otro dato que llama la atención es que los casos graves, como las conductas autolesivas entre los adolescentes, tienden al alza. Los especialistas en salud mental continúan señalando a los efectos de la pandemia como una de las causas que explican este incremento. En este sentido, indican que la covid generó un sufrimiento en la población que tiene un impacto en los menores, y que el confinamiento, junto con el aumento del uso de las pantallas y la precariedad laboral que comportó, creó “un contexto emocional muy vulnerable” para ellos. En un artículo publicado en nuestra edición de ayer, el presidente de la delegación en Lleida del Col·legi Oficial de Psicologia, Jaume L. Celma, también destacaba que los problemas de salud mental ya son el primer motivo de baja laboral entre los trabajadores de menos de 30 años y que el suicidio es la principal causa de mortalidad entre los de 15 y 30. Asimismo, entre los factores que explican esta situación apuntaba a las redes sociales. Este último es un elemento a tener muy en cuenta, porque como hemos dicho en otras ocasiones, hay un gran déficit en lo que respecta a la educación de los niños para manejar los dispositivos con pantalla conectados a internet, especialmente los teléfonos móviles. Las redes permiten interactuar a todas horas con compañeros y amigos, pero por otra parte permiten el acceso a contenidos no adecuados para su edad, pueden generar presión social a través de las imágenes que sus referentes cuelgan en ellas y en algunos casos llegan a ser una vía de acoso constante. Precisamente, el manifiesto del acto central celebrado en el Museu Morera de Lleida con motivo del Día de la Salud Mental hizo énfasis en que, además de médica, esta es una cuestión social. Por otra parte, señaló que el número de especialistas es insuficiente, porque la sanidad pública española dispone de seis psicólogos y nueve psiquiatras por cada 100.000 habitantes, ratios muy inferiores a la media europea. Es verdad que se ha avanzado mucho, porque las patologías mentales han dejado de ser tabú para un gran sector de la población y los medios para atenderlas se han ampliado. Un ejemplo palmario es que la Unidad de Referencia de Psiquiatría Infantojuvenil de Lleida, en el hospital Santa Maria, se constituyó hace solo 25 años. Hay que seguir potenciando este tipo de servicios y los ciudadanos también deben concienciarse de que, como coinciden en afirmar los expertos, no hay salud sin salud mental.

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