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La Generalitat hizo pública ayer la resolución de la primera convocatoria de las ayudas del Plan de Barrios. Finalmente, serán cinco de los once municipios de la demarcación que habían presentado candidatura los que se verán beneficiados: Lleida, La Seu d’Urgell, Solsona, La Pobla de Segur y Torrelameu. La capital será la que recibirá más dinero, con 12,5 millones de euros, aunque proporcionalmente, en función de su población y tamaño, la dotación para las otras cuatro localidades es mayor, especialmente para La Pobla de Segur, con 9,37 millones, y Torrelameu, con 4,89, mientras que La Seu y Solsona contarán con 8,69 y 8,6 millones, respectivamente. A nivel de toda Catalunya, son 20 las localidades elegidas entre las 83 que habían presentado una solicitud. Recibirán en total 232,71 millones del Govern para proyectos que suma 412 millones de euros. En las cinco poblaciones leridanas, las actuaciones previstas se focalizarán en sus centros históricos, a excepción de La Pobla, que plantea acciones en todo el municipio. Este Plan de Barrios viene a ser una reedición de los que convocó el tripartito que gobernó Catalunya entre finales de 2003 y de 2010. No obstante, se aprecia un cambio significativo a tenor de las propuestas que han obtenido financiación, ya que en esa época estaban centradas en obras, ya fuera en la vía pública, en edificios o equipamientos, y la vertiente socioeconómica quedaba en un segundo plano, mientras que ahora tiene más protagonismo. El plan del ayuntamiento de Lleida incluye ayudas a la dinamización económica, atención laboral de “personas no regularizadas”, formación en hostelería para la inclusión laboral, un “vivero 4.0” o el fomento de la economía circular, además de diversas intervenciones urbanísticas como la mejora del Parc de la Cuirassa, la renaturalización de la parte baja del Turó de la Seu Vella, ayudas para la mejora de la eficiencia energética de viviendas, la renovación de la calle Cavallers o el centro de interpretación de las termas romanas de Remolins. Este esquema se repite en los programas de los otros cuatro municipios leridanos. Además de un buen número de obras públicas, La Pobla apuesta por la inclusión de personas recién llegadas en riesgo de exclusión; La Seu d’Urgell, por acciones de cohesión social; Solsona, por la ampliación de servicios y equipamientos sociocomunitarios; y Torrelameu, por acciones sociales que refuercen la inclusión y la convivencia. A la espera de ver cómo se desarrolla su aplicación, es positivo que esta vertiente destinada a las personas haya ganado peso frente al ladrillo, porque limitarse a renovar las calles o a construir más equipamientos no soluciona la mayoría de los problemas que afectan al centro histórico de Lleida y a otros barrios de numerosas poblaciones de toda Catalunya, ya que están más vinculados a cuestiones económicas que urbanísticas.

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