No cobran pero ganan
Inyección de autoestima de este Lleida que, con todo lo que está cayendo, fue capaz de ganar en Premià de Dalt, a un Badalona Futur que ya estaba descendido. Pero eso, en el fondo, es lo de menos. Lo importante es haber conseguido los tres puntos en un gesto de orgullo tras lo mal que lo están pasando los jugadores, con atrasos en las nóminas que les obligan a hacer auténticas filigranas para subsistir en conceptos de lo más elementales: alquileres, cesta de la compra y otros gastos básicos que para los futbolistas, cuerpo técnico y personal del club, entran ya en el campo de lo excepcional. Así pues, enhorabuena para un equipo que tuvo que ver como no contó en el banquillo con la figura del fisioterapeuta que en el caso de la lesión de Lozano, nada más comenzar, tuvo que ser sustituido por el del equipo local que hizo, en los minutos restantes, horas extraordinarias atendiendo a unos y a otros. Dicho esto, cabe añadir que los árboles del triunfo, que aleja al Lleida de la zona peligrosa, no impodan ver el bosque del desastre económico que sigue estando ahí y, ahora mismo, no parece que en los tres meses de plazo que se ha impuesto la cúpula pueda enderezarse la cosa, porque, palancas inversas al margen, las deudas del día a día para los trabajadores, que son todos, siguen estando ahí. Y arreglar eso sí que es urgente.