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Medio centenar de padres leridanos, de baja para cuidar de sus hijos enfermos

Otra treintena han pedido esta prestación, que se ha disparado en los últimos 5 años

Medio centenar de padres leridanos, de baja para cuidar de sus hijos enfermos

Medio centenar de padres leridanos, de baja para cuidar de sus hijos enfermosI.M.

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Un total de 48 leridanos estaban de baja laboral el año pasado para poder cuidar de sus hijos con enfermedades graves de larga duración, una prestación que se ha disparado en los últimos cinco años en Ponent. Para las familias supone un alivio y les aporta estabilidad, ya que en la mayoría de casos deben trasladarse fuera de la provincia para el tratamiento.

A la hora de cuidar de un familiar enfermo toda dedicación es poca. Y aún más cuando se trata de un hijo. Desde 2011, los progenitores de niños con cáncer o con enfermedades graves de larga duración pueden pedir la baja laboral para cuidar de sus hijos. Una prestación que supone un gran alivio para muchos de ellos, ya que en la mayoría de casos deben trasladarse fuera de la provincia para el tratamiento. Según el ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el año pasado un total de 48 leridanos tenían en vigor esta prestación, en la que pueden reducirse hasta un 100% de la jornada laboral. Gracias al trabajo de entidades como Afanoc o la Asociación Española contra el Cáncer, además de los propios profesionales sanitarios, los padres con hijos que tienen una enfermedad grave acaban enterándose de que pueden acogerse a este medida, que en los últimos cinco años se ha disparado. En 2013, solo constaban seis bajas en la provincia por esta causa, frente a las 48 del año pasado. Además, en 2018 otra treintena de padres o madres habían iniciado los trámites para solicitarla. La duración media de estas bajas el año pasado se situó en 420 días, por encima de la media estatal.

Recientemente, la Seguridad Social anunció que ampliaba el catálogo de dolencias graves que permite recibir esta prestación por cuidado de menores afectados. Son tres nuevas patologías pediátricas: la epidermólisis bullosa (conocida como piel de mariposa), el síndrome de Behçet y el síndrome de Smith Magenis. También se incorpora la posibilidad de dar cobertura a pacientes con otras patologías graves que, por indicación médica, necesiten un cuidado permanente en régimen de ingreso hospitalario o en domicilio. Los padres podrán beneficiarse hasta que el menor no necesite cuidado permanente o hasta que cumpla la mayoría de edad.

«Esta ayuda es un alivio porque nos da estabilidad y puedo dedicarme a mi hijo»

Irene Mateo. Torrefarrera

Irene Mateo es beneficiaria de esta prestación para cuidar de su hijo Toni, de 6 años, que lleva más de un año luchando contra un tumor cerebral. Tras el diagnóstico, los viajes a Barcelona, para ser tratado en el hospital Vall d’Hebron, son constantes y la familia ha tenido que hacer un inmenso esfuerzo para estar junto a Toni. “Estuvimos dos meses ingresados y nos quedamos en la Casa dels Xuklis. En el hospital me informaron de esta prestación y se me abrió el cielo”, asegura Irene. Tras pasar por cinco operaciones, el pequeño está ahora en pleno tratamiento de quimioterapia, que finalizará el próximo mes de julio. Para Irene, poder beneficiarse de esta reducción de jornada es un “alivio” porque “puedo dedicarme por completo a mi hijo”. “Es una situación muy delicada y así también podemos tener una estabilidad económica. Es un gran apoyo moral y muchos padres aún lo desconocen”, explica. Esta vecina de Torrefarrera, que tiene otra hija de 11 años, también agradece el apoyo que recibe de los profesionales y de entidades como Afanoc. “Te encuentras con un diagnóstico de enfermedad, que tienes que irte de tu casa, te hablan de cosas que no entiendes y entras en una especie de bloqueo. Pero aparece gente en tu vida que te ayuda y te dice qué puedes hacer para salir adelante”, afirma. Por eso, anima a otras familias que pasan por esta situación a informarse de los requisitos necesarios para acceder a esta ayuda. “La evolución de Toni es buena y solo deseamos que pueda hacer una vida normal. Él al cole y yo, al trabajo”, concluye.

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