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RELIGIÓN PANDEMIA

Comuniones tardías e íntimas

La mayoría de parroquias leridanas estrenarán en mayo la temporada de eucaristías, que se alargará hasta octubre || Todas las ceremonias estarán marcadas por las limitaciones de aforo

Dos hermanas, junto a sus padres, probándose ayer vestidos largos de primera comunión en la tienda Gesa de Lleida.

Dos hermanas, junto a sus padres, probándose ayer vestidos largos de primera comunión en la tienda Gesa de Lleida.MAITE MONNÉ

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Mayo suele ser sinónimo de primeras comuniones, una celebración tradicional que, a pesar de las restricciones sanitarias provocadas por la pandemia, se mantiene con variaciones. La mayoría de parroquias de las comarcas leridanas estrenarán el mes que viene la temporada de estas ceremonias, que estarán marcadas por las limitaciones de aforo al 50% de la capacidad de los templos.

Para celebrar este sacramento de forma segura, iglesias como la de Bellpuig han establecido un máximo de dos familias por día de ceremonia. Esta medida también se llevará a cabo en Mollerussa, donde un total de 27 familias ya se han inscrito para que sus hijos suban al altar y reciban la comunión por primera vez.

Según explicó ayer su párroco, Alfons Bustos, la previsión es acoger un total de cuatro ceremonias cada fin de semana (2 el sábado y 2 el domingo, siempre en función de lo que autorice el Procicat), aunque, en este caso, las primeras serán en junio. La propietaria de la tienda de ropa infantil Lianes de Lleida, Lídia Solans, se mostró optimista respecto a la venta de vestidos y trajes de comunión, si bien explicó que la temporada “ha empezado mucho más tarde que otros años, pues antes de la pandemia hacíamos las primeras ventas en los meses de octubre o noviembre.

Hay muchas parroquias en las que las comuniones se celebraran en julio o agosto y, además, la incertidumbre ante la evolución de la pandemia ha provocado que muchas familias compren la vestimenta con mucha menos antelación”. En esta línea se expresó también Montse Eritja, de Gesa de Lleida, quien apuntó que “cuando tuvimos que cerrar la tienda en marzo del 2020 ya teníamos hechas un 80% de las ventas de la temporada de comunión, mientras que a día de hoy llevamos un 60-70%.

Hay el mismo volumen de ceremonias, aunque son más íntimas”. .

La pandemia resiente el bolsillo de las familias La crisis económica provocada por la Covid-19 también ha resentido el presupuesto que manejan las familias a la hora de preparar celebraciones como la primera comunión. “Hay padres que tienen en vigor un ERTE o que tienen otros problemas económicos provocados por el cierre de negocios a raíz de la pandemia, por lo que muchos clientes buscan vestidos que sean más económicos”, explican desde la tienda Lianes, mientras destacaron que el gasto medio en un vestido largo es de 300 euros y, en los cortos, 75.

Dos hermanas, junto a sus padres, probándose ayer vestidos largos de primera comunión en la tienda Gesa de Lleida.

Dos hermanas, junto a sus padres, probándose ayer vestidos largos de primera comunión en la tienda Gesa de Lleida.MAITE MONNÉ

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