«Nuestra piel es ahora más sensible»

¿El uso prolongado de la mascarilla ha sensibilizado la piel?

Desde luego. El uso de la mascarilla ha sido y sigue siendo clave para combatir esta pandemia, pero son muchas las personas que han visto cómo su piel ha sufrido debido a un uso prolongado en una piel predispuesta a padecer determinadas dermatosis. El principal problema que nos encontramos es el empeoramiento de un acné ya preexistente o incluso en la aparición de acné de novo que ha acuñado un nuevo término: maskné. También ha empeorado otras afecciones como la rosácea o la dermatitis seborreica.

Después de más de un año sin apenas tocarle el sol a la cara, ¿cree que somos más propensos a las quemaduras?

Después de tanto tiempo sin exponernos al sol, la retirada de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en la calle llega en una época en que los índices de radiación ultravioleta B son muy elevados, y estos son los principales involucrados en las quemaduras solares y en el desarrollo del cáncer de piel, si además tenemos en cuenta las ganas retenidas de salir al aire libre, junto a una piel no expuesta gradualmente al sol, el riesgo de quemadura solar se incrementa.

¿Y ahora hay que protegerla más?

Ahora que podemos retirar la mascarilla en espacios abiertos coincidiendo con el inicio del verano y teniendo en cuenta que la piel no está preparada para exponerse al sol, es de gran importancia protegerse correctamente, intentar evitar que el sol toque nuestra piel durante mucho tiempo y usar un fotoprotector adecuado para nuestro tipo de piel.

Algunos consejos para un cuidado óptimo de la piel.

Es importante cambiar con frecuencia la mascarilla y realizar una correcta higiene facial tanto antes de su utilización por la mañana como por la noche. Evitar el uso de maquillaje en las zonas cubiertas por la mascarilla, ya que se aumenta el efecto oclusivo y puede empeorar las distintas dermatosis que afectan a dicha zona.