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SALUD MENTAL

Cambios de conducta, frases cómo 'no puedo más' y autolesiones, señales de alerta de suicidio en menores, según ANAR

En 2022 atendieron 4.554 casos de ideas e intentos de suicidio

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Los cambios bruscos de conducta, la verbalización de frases como 'no puedo más’ o 'así no vale la pena vivir’ y las autolesiones, son algunas de las señales de alerta que pueden avisar en torno a la conducta suicida de un menor, según ha advertido la Fundación ANAR, después del caso de las hermanas de 12 años de Oviedo, en el cual la Policía ha descartado la intervención de terceras personas, y que se produce tres meses después de otro caso similar en Sallent.

"Si el menor expresa que tiene un problema que no tiene solución, si ha bajado el rendimiento escolar, si tiende a aislarse o si tiene cambios bruscos en el carácter --tristeza, depresión o agresividad--, o si observamos algún tipo de verbalización o expresión escrita de la idea de acabar con su vida con frases cómo 'no puedo más’ o 'así no vale la pena vivir'. A veces cuando las oímos hacemos como que no ha dicho nada, pero puede estar intentando decirnos alguna cosa", ha explicado el director técnico y portavoz de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, en una entrevista con Europa Press. Asimismo, ha advertido que el principal indicador de una conducta suicida es "la autolesión". Ante estos casos, Ballesteros insta a los padres a "escuchar con empatía" a los menores, a no restar "importancia" a lo que explican y a buscar ayuda psicológica.

La Fundación ANAR ha advertido que los datos son "estremecedores" ya que "sólo" el año pasado, en ANAR atendieron 4.554 casos de ideas e intentos de suicidio --frente a los 131 de hace una década--, de los cuales 1.275 eran menores de edad que ya tenían el intento de suicidio iniciado cuando llamaron al teléfono de ayuda de la fundación 900 20 20 10.

EFECTO CONTAGIO

Asimismo, ha mostrado su "preocupación" por la extensión de un posible "efecto contagio", después del caso de dos hermanas en Oviedo, que se produce pocos meses después de otro caso similar a Sallent. "Hemos recibido la noticia con gran preocupación porque lo que hemos visto es que hay un posible efecto contagio, ya que hace poco tiempo se produjo un caso similar", ha explicado Ballesteros.

Se trata, según ha advertido, del llamado "efecto Werther, un efecto romantizador de la conducta suicida o idealizador, como una manera de buscar una solución a un problema, cuando en realidad es una manera irracional de analizar la realidad, todos los problemas son temporales y tienen solución". "En cambio, la muerte no tiene solución y deja otros problemas muy graves a las personas del entorno", ha añadido.

Por eso, la Fundación ANAR recomienda que a las noticias "nunca" se informe sobre el método utilizado por los menores para suicidarse, de manera que otros de menores que puedan tener ideaciones suicidas no lo reproduzcan; y no relacionarlo con "una causa simple o una sola causa" porque "el suicidio es siempre multicausal". "Hay que evitar dar una visión simplista", ha añadido.

Con respecto a la edad a que se producen más intentos de suicidios, el director técnico de la Fundación ANAR precisa que el perfil de las menores que se han suicidado en Oviedo, de 12 años, no es el más frecuente. Tampoco lo es que se produzcan suicidios colectivos. En el 71% de los casos, según indica Ballesteros, son menores de 13 a 17 años migrantes, con problemas de salud mental, que se han practicado autolesiones previamente, con intentos de suicidio previos, que han sufrido agresiones sexuales y que sufren un problema desde hace más de un año con una consecuencia diaria. Entre los más pequeños (de 12 años o menos) que llamaron en el teléfono de ANAR por ideas o intentos de suicidio, el principal problema que sufrían era acoso escolar.

Por su parte, el exdefensor del menor Javier Urra coincide en que hay un "contagio emocional del suicidio" entre los adolescentes y apunta, entre las principales causas de lo mismo, el "acoso escolar, la depresión o la baja autoestima y el maltrato en casa". También apuesta para informar de estos casos porque "el silencio es el peor enemigo" pero aconseja "evitar detalles como el método utilizado". "La noticia acaba diluyéndose, el luto se queda", subraya Urra, insistiendo en la importancia en hacer un acompañamiento a las familias dilatado en el tiempo.

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