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“No sabemos dónde estará la inteligencia artificial dentro de 24 meses”

Los expertos avisan sobre el acuerdo de la Unión Europea y señalan los puntos débiles

Imagen de archivo de la portada de ChatGPT.EFE/Latif Kassidi

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ACN

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Después del acuerdo cerrado este viernes de madrugada entre el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, los expertos advierten que los tempos de la burocracia en la Unión Europea no son los mismos en que evoluciona la inteligencia artificial. Aunque creen que ha llegado tarde, consideran una “buena noticia” que se regule esta tecnología y que contenga elementos positivos a falta de leer la letra pequeña. Ahora bien, también señalan algunos puntos oscuros, como la posible “arbitrariedad” en la vigilancia biométrica, así como la incertidumbre añadida por las elecciones europeas del próximo 9 de junio, que podría cuestionar el frágil consenso conseguido.

El presidente de la Fundación puntCAT, Genís Roca, defiende que “a pesar de las deficiencias que siempre se le pueden encontrar a cualquier ley”, este acuerdo es “una buena noticia”. Será "la primera de muchas leyes que tendremos que hacer", pero el experto considera que el acuerdo es pionero, como lo fue en su momento el reglamento general de protección de datos. “En teoría es una normativa que aplica solo en Europa, pero en la práctica lo han acabado aplicando todas las multinacionales en todos los territorios”, señala Roca, que añade que “ahora pasará lo mismo”.

Por otra parte, el periodista especializado en tecnologías de la información, Albert Cuesta, asegura que “la normativa, hasta donde la conocemos hasta ahora, es muy prometedora” y que “puede marcar la pauta de lo que se podrá hacer en Europa” y de lo que no. También indica que, a la espera de ver cómo se acaba aplicando, “la estrategia es correcta”.

Ahora bien, ambos expertos coinciden en que los tempos de la política europea no son los mismos que los de la inteligencia artificial. “Esta ley ahora la tiene que aprobar el Parlamento Europeo y después cada uno de los 27 estados miembros. Entre una cosa y otra, hasta que no entre en vigor, pasarán 16, 18, 24 meses,” explica Genís Roca. ¿“Dónde estará la inteligencia dentro de 24 meses? No lo sabemos”, añade.

En la misma línea que Albert Cuesta, que avisa de que esperar “entre 18 y 24 meses” para su aplicación es “media vida en inteligencia artificial”. En este sentido, recuerda cómo la semana pasada Amazon presentó “su ChatGPT”, que Google ha anunciado la alternativa mejorada del suyo (Gemines) esta semana, y que Google y Samsung “ya trabajan con modelos de algoritmo que no se ejecuten en la nube, sino en el dispositivo del usuario”. Todo “está evolucionado muchísimo”, concluye al experto.

Avisar de los contenidos generados por IA

Con respecto al contenido mismo del acuerdo, a falta de conocer el detalle de la directiva, Genís Roca asegura que “no se prohíbe nada” sino que “se ponen condiciones” para determinadas cuestiones. “Solo te dice que, si te quieres pasar dos pueblos, tendrás que dar muchas explicaciones, pero no que no puedas”, sintetiza el presidente de la Fundación puntCAT, que no cree que se pudieran poner “límites claros” a la inteligencia artificial.

Una de las “cosas prácticas” que Roca valora positivamente es la obligación de poner una “marca de agua” para avisar de contenidos generados con inteligencia artificial, en un intento de “luchar contra las fake news”. Pone un ejemplo: “tú ahora veías fotos o vídeos de Barack Obama diciendo cosas y ya empezabas a dudar si era real o generado por inteligencia artificial”.

Albert Cuesta también resalta que se obligue a avisar de los contenidos generados con IA. Ahora bien, avisa de que la normativa tendrá que obligar los medios de comunicación y las redes sociales a hacerlo visible. “De poco sirve si cuando alguien lo derrama evita mostrar esta característica que es fundamental”, justifica.

Otro de los puntos fuertes que destaca Cuesta es que se prevean cuatro niveles de riesgo para las diferentes tecnologías y que se establezcan condiciones a partir de esta categorización.

Vigilancia biométrica

Uno de los puntos más espinosos del acuerdo, y que costó más cerrar, es el que tiene que ver con la vigilancia biométrica. En este sentido, Albert Cuesta considera “razonable” que se contemplen excepciones a la prohibición del reconocimiento facial en tiempo real en espacios públicos, como se ha hecho para amenazas terroristas o captura de delincuentes. Al mismo tiempo, sin embargo, avisa de posibles situaciones de abuso.

“Si las tienen que aplicar los tribunales, aquí lo sabemos muy bien que tienen una cierta arbitrariedad y puede ser que te consideren terrorista antes de que demuestre nada”, indica al periodista con preocupación.

Por su parte, Genís Roca señala cierta contradicción: “Decimos que no aceptaremos a un modelo como el chino, pero tendremos un modelo de vigilancia biométrica y que pondremos condiciones y reglas. Pero lo tendremos". Y ve otro punto de oscuridad en este ámbito: los militares. Esta ley aplica a todo el mundo, a la policía, etcétera, pero no aplica a los ejércitos. Esta van por su parte”. Roca sostiene que la inteligencia artificial es “una tecnología comparable a la de la bomba atómica”.

Incertidumbre por las elecciones europeas

Este acuerdo ha llegado a poco más de medio año de las elecciones en el Parlamento Europeo, que tendrán lugar el próximo 9 de junio y que podrían llevar a un cambio de correlaciones de fuerzas en Bruselas. Según Albert Cuesta, el frágil consenso se podría ver amenazado: “Si hubiera un cambio sustancial de composición, uno los efectos pudría ser que esta directiva no aprobada se tendría que modificar por los intereses de las nuevas mayorías”.

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