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Ni refrescos ni cócteles: estas son las bebidas que más calorías llevan

Un análisis detallado revela cuáles son las bebidas que más calorías aportan a nuestra dieta y cómo influyen en el balance energético diario y el control de peso

Frapuccinos y batidos similares, entre las bebidas más calóricas.

Frapuccinos y batidos similares, entre las bebidas más calóricas.Unsplash

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Las bebidas con mayor aporte calórico se han convertido en un foco de atención para nutricionistas y expertos en salud pública, quienes alertan sobre su impacto en la ingesta energética diaria. Un consumo excesivo de estas bebidas puede suponer hasta un 20% de las calorías totales que ingerimos a diario, según datos del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos. La preocupación aumenta considerando que muchas personas no son conscientes de la cantidad de calorías líquidas que consumen y no las compensan reduciendo otros alimentos de su dieta.

El problema radica en que, a diferencia de los alimentos sólidos, las bebidas calóricas no suelen generar sensación de saciedad proporcional a su aporte energético. Los especialistas señalan que esto puede provocar un desequilibrio energético que, mantenido en el tiempo, favorece el aumento de peso y las enfermedades asociadas. Al analizar el mercado actual, destaca que algunas bebidas populares pueden contener más de 500 kcal por ración, el equivalente a una comida completa.

Además, el consumo de estas bebidas ha aumentado significativamente en las últimas décadas. En España, diversos estudios muestran que aproximadamente un 25% de la población consume al menos una bebida azucarada diariamente, cifra que se eleva hasta el 42% en adolescentes. Este fenómeno constituye ya una preocupación para las autoridades sanitarias, que han implementado diversas estrategias, incluido el impuesto a las bebidas azucaradas en algunas comunidades autónomas.

Ranking de bebidas con mayor aporte calórico

Los batidos especiales y frapuccinos lideran la lista con hasta 580 kcal por vaso grande (470 ml). Estas bebidas, populares en cadenas de cafeterías, combinan leche entera, helado, nata montada, jarabes azucarados y toppings diversos. Un solo vaso puede representar casi el 30% de las necesidades calóricas diarias de un adulto medio.

Los cócteles alcohólicos ocupan el segundo puesto, destacando la piña colada con aproximadamente 490 kcal por copa (240 ml). La combinación de alcohol, crema de coco y zumo de piña concentrado crea una de las bebidas más energéticas del mercado. Otros cócteles como el margarita (280 kcal) o el mojito (215 kcal) también presentan valores significativos.

Los batidos de helado tradicionales se sitúan en tercera posición con unas 450 kcal por vaso mediano (400 ml). Elaborados con helado, leche entera y diversos complementos como siropes o galletas, representan un aporte calórico considerable que muchos consumidores no asocian con su valor energético real.

Las bebidas energéticas especiales, aquellas que combinan varios ingredientes y presentan formatos XL, pueden alcanzar las 375 kcal por lata (500 ml). Aunque su principal reclamo es el aporte de cafeína y taurina, muchas contienen cantidades elevadas de azúcar, equivalentes a 18-20 terrones por envase.

El impacto de las calorías líquidas en la salud

El consumo habitual de bebidas altamente calóricas está asociado con diversos problemas de salud. Un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria señala que quienes consumen más de una bebida azucarada al día tienen un 26% más de probabilidades de desarrollar sobrepeso u obesidad que quienes no las consumen habitualmente.

La Dra. Marta Sánchez, endocrinóloga del Hospital Universitario La Paz, afirma: "Las calorías líquidas suponen un riesgo especial porque no producen la misma sensación de saciedad que los alimentos sólidos. Esto puede llevar a un consumo excesivo de energía sin que el organismo active los mecanismos compensatorios habituales".

Más allá del contenido calórico, estas bebidas suelen ser pobres en nutrientes esenciales, lo que las convierte en fuentes de "calorías vacías". En el caso de bebidas alcohólicas, al efecto calórico se suman los riesgos asociados al consumo de alcohol, mientras que las bebidas energéticas pueden causar alteraciones en el ritmo cardíaco y el patrón de sueño.

Alternativas saludables a las bebidas calóricas

Los expertos recomiendan diversas alternativas para reducir el consumo de calorías líquidas. El agua sigue siendo la mejor opción para la hidratación diaria, pudiendo aromatizarse con rodajas de frutas o hierbas frescas para quienes buscan más sabor. Las infusiones sin azúcar, tanto calientes como frías, también representan una excelente alternativa.

Para quienes disfrutan de las bebidas con gas, las versiones sin azúcar o con edulcorantes no calóricos pueden ser una opción ocasional, aunque los expertos insisten en que no deberían convertirse en la base de la hidratación diaria. Los batidos caseros elaborados con fruta natural y yogur desnatado pueden sustituir a las versiones comerciales más calóricas.

El café y el té sin azúcar apenas aportan calorías en su forma natural, por lo que son opciones válidas para quienes buscan sabor sin el aporte energético. En cuanto a las bebidas alcohólicas, la recomendación es limitarlas y optar por opciones menos calóricas cuando se consuman.

¿Cómo afectan las bebidas calóricas al metabolismo?

El metabolismo procesa de manera diferente las calorías líquidas y las sólidas. Diversos estudios han demostrado que cuando consumimos bebidas azucaradas, el organismo no registra estas calorías de la misma forma que lo haría con alimentos sólidos, lo que puede llevar a una sobrecompensación en las comidas posteriores.

Este fenómeno se explica parcialmente por la velocidad de absorción de los azúcares en forma líquida, que provocan picos de glucemia e insulina más pronunciados. A largo plazo, esto puede contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina y síndrome metabólico, precursores de la diabetes tipo 2.

Además, las bebidas azucaradas estimulan los centros de recompensa cerebrales de manera similar a otros alimentos ultrapalatabres, lo que puede generar patrones de consumo habitual difíciles de modificar. Por ello, los especialistas recomiendan un proceso gradual de reducción para quienes consumen estas bebidas a diario.

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