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Vapear ya es más caro: entra en vigor el nuevo impuesto al cigarrillo electrónico

El nuevo gravamen sobre los líquidos para vapear, que comenzó a aplicarse el 1 de abril de 2025, supondrá un incremento promedio de 219 euros anuales para los usuarios habituales

Un hombre fumando un cigarrillo electrónico.

Un hombre fumando un cigarrillo electrónico.Unsplash

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España ha puesto en marcha un nuevo impuesto especial para los cigarrillos electrónicos que afecta directamente al bolsillo de millones de vapeadores. Desde el 1 de abril de 2025, los líquidos utilizados en estos dispositivos, tanto los que contienen nicotina como los que no, experimentan un incremento en su precio debido a este gravamen fiscal. Para un usuario habitual, esto supone un desembolso adicional estimado en 219 euros al año, según los cálculos oficiales presentados por Hacienda.

El vapeo, una práctica que ha ganado terreno especialmente entre los más jóvenes, está ahora en el punto de mira de las autoridades fiscales. La Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) de 2023 revela datos preocupantes: más del 50% de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años han experimentado con cigarrillos electrónicos. Esta creciente popularidad se refleja también en las ventas de productos de tabaco calentado, que alcanzaron los 24 millones de euros durante el pasado año.

¿Cómo afecta el nuevo impuesto al precio del vapeo?

El impacto económico de esta nueva medida fiscal varía según la concentración de nicotina de los líquidos. Para aquellos con contenido nulo o inferior a 15 mg/ml, el incremento es de 0,15 euros más IVA por cada mililitro. Por otra parte, los líquidos con una concentración superior a 15 mg/ml experimentan un aumento de 0,20 euros más IVA por mililitro. En términos prácticos, esto significa que un envase estándar de 10 mililitros con una concentración de 10 mg/ml costará aproximadamente 2 euros más.

Las bolsas de nicotina, otro producto cuyo consumo está en auge, también quedan sujetas a este nuevo régimen fiscal con una tasa de 0,10 euros por gramo. Un consumidor que utilice una media de tres mililitros diarios de líquido para vapear deberá asumir un sobrecoste de unos 60 céntimos al día, lo que se traduce en los mencionados 219 euros anuales.

Cabe destacar que, siguiendo la tendencia habitual en materia de impuestos al consumo, Canarias, Ceuta y Melilla quedan exentas de la aplicación de este gravamen.

Objetivos de la medida: salud pública y recaudación

El Gobierno ha justificado esta iniciativa fiscal con un doble objetivo. Por un lado, pretende incrementar los ingresos fiscales en un momento de ajustes presupuestarios. Por otro, busca desincentivar el consumo de productos relacionados con la nicotina, especialmente entre los adolescentes, donde el fenómeno ha adquirido dimensiones preocupantes.

"Esta subida hará que muchos consumidores vuelvan al tabaco tradicional", ha advertido un portavoz del sector del vapeo, que muestra su preocupación por las consecuencias económicas y sanitarias de la medida. Las estimaciones del propio sector indican que el precio de los líquidos para vapear experimentará un incremento de entre el 25% y el 40%, dependiendo del tipo de producto.

En febrero de 2025, la asociación de vapeadores ya solicitó formalmente al Ejecutivo que reconsiderase la implementación de este impuesto. Su principal argumento: "Gravar estos productos desincentiva su uso y podría fomentar el mercado negro". Además, defienden que el vapeo constituye una alternativa menos nociva frente al consumo de tabaco convencional.

El vapeo en España: regulación y controversia

Actualmente, el uso de cigarrillos electrónicos en nuestro país está sujeto a la Ley del Tabaco, que prohíbe expresamente su consumo en espacios cerrados, centros educativos y transporte público. Esta normativa equipara en gran medida el vapeo al consumo tradicional de tabaco, aunque existen matices diferenciales.

Los cigarrillos electrónicos aparecieron inicialmente como una alternativa para quienes deseaban abandonar el hábito de fumar. Su principal ventaja teórica: no implican la combustión del tabaco, lo que reduce la exposición a humo y ciertas sustancias tóxicas. Sin embargo, la realidad muestra que muchas personas que nunca habían consumido tabaco se han iniciado directamente en el vapeo, especialmente adolescentes y jóvenes.

Los expertos en salud pública señalan que la nicotina presente en muchos de estos dispositivos es altamente adictiva, y los adolescentes resultan particularmente vulnerables debido a que su cerebro aún está en desarrollo. La sustancia afecta directamente al sistema de recompensa cerebral, generando una sensación de placer que puede derivar en dependencia.

¿Qué alternativas propone el sector del vapeo?

Ante el nuevo escenario fiscal, la industria del vapeo ha propuesto alternativas regulatorias que, según defienden, resultarían más efectivas para proteger la salud pública sin perjudicar a los consumidores adultos que utilizan estos dispositivos como método para dejar de fumar.

Entre sus propuestas destacan el establecimiento de límites de edad más estrictos para la adquisición de estos productos, campañas educativas específicas sobre sus riesgos, y una regulación diferenciada que distinga entre productos con y sin nicotina.

"No se puede equiparar fiscalmente un producto que ha demostrado ser menos dañino que el tabaco tradicional", argumentan desde las asociaciones de vapeadores, que temen que esta medida acabe resultando contraproducente para la salud pública si empuja a los usuarios a retomar el hábito del tabaco convencional o a recurrir al mercado negro.

El futuro del cigarrillo electrónico en España

El panorama para los dispositivos de vapeo en nuestro país se presenta complejo e incierto. Por un lado, existe una legítima preocupación por parte de las autoridades sanitarias respecto al incremento de su consumo, especialmente entre menores. Por otro, hay una demanda creciente de opciones para quienes buscan alternativas menos nocivas al tabaco tradicional.

La nueva carga impositiva podría modificar significativamente el mercado español del vapeo. Los expertos anticipan una posible consolidación del sector, con la desaparición de pequeñas empresas que no puedan absorber el incremento de costes, y un aumento de las importaciones particulares desde territorios donde estos productos no están sujetos a impuestos especiales.

Mientras tanto, la comunidad científica continúa investigando los efectos a largo plazo del vapeo, cuyos resultados definitivos aún no están disponibles debido a la relativa novedad de estos dispositivos en el mercado. Este vacío de información contribuye a la controversia existente entre quienes defienden su potencial como herramienta para la reducción de daños y quienes alertan sobre sus riesgos.

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