El remedio natural para mejorar la circulación, aliviar la inflamación y reducir las varices en las piernas
La combinación de hierbas medicinales con aceite de oliva ofrece propiedades antiinflamatorias y fortalece las paredes venosas, aliviando los síntomas de las venas varicosas

Romero.
Las varices constituyen un problema circulatorio que afecta fundamentalmente a las piernas y provoca molestias como hinchazón, sensación de pesadez y alteraciones estéticas. Según recientes estudios, cerca del 30% de la población adulta española padece algún grado de insuficiencia venosa. Ante esta situación, surge como alternativa un remedio natural a base de romero, laurel y aceite de oliva que, mediante sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, contribuye a mejorar la circulación sanguínea y aliviar los síntomas asociados.
Esta afección vascular se produce cuando las válvulas venosas no funcionan correctamente, dificultando el retorno de la sangre al corazón. El Instituto Nacional de Salud (NIH) señala que, además de los evidentes cambios físicos, las várices pueden provocar calambres nocturnos, ardor, picazón e incluso alteraciones en la pigmentación cutánea. Entre los factores de riesgo destacan la predisposición genética, el envejecimiento, el sedentarismo y la obesidad, así como permanecer de pie durante períodos prolongados. Aunque generalmente no entrañan gravedad, en ocasiones pueden derivar en complicaciones como úlceras venosas o trombosis, por lo que la consulta especializada resulta imprescindible.
Junto a los tratamientos médicos convencionales como la escleroterapia o el láser, los remedios caseros representan una opción complementaria para paliar los síntomas. La elaboración de aceites naturales con ingredientes de reconocidas propiedades antiinflamatorias y estimulantes de la circulación ayuda a reducir la hinchazón y mejorar el aspecto de la piel. No obstante, los especialistas recomiendan consultar a un profesional sanitario antes de emplear cualquier preparación casera.
Preparación del aceite medicinal para combatir las várices
La receta potencia sus beneficios para reducir la inflamación, fortalecer las paredes venosas y mejorar la apariencia de la piel. A diferencia de otros tratamientos, la elaboración casera de este remedio permite aprovechar las propiedades de sus componentes de manera segura y natural.
Para preparar este efectivo aceite medicinal necesitaremos los siguientes ingredientes:
- 5 ramas de romero fresco
- 10 hojas de laurel
- 200 ml de aceite de oliva virgen extra
El proceso de elaboración resulta sencillo pero requiere paciencia. Primero, debemos lavar minuciosamente las ramas de romero y separar sus hojas para eliminar cualquier impureza. El romero, planta mediterránea por excelencia, aporta potentes antioxidantes que previenen el daño celular y mejoran visiblemente el aspecto de la piel.
A continuación, trituramos las hojas de laurel hasta conseguir fragmentos pequeños. Esta planta aromática contiene aceites esenciales y minerales que favorecen la circulación sanguínea y reducen la inflamación, convirtiéndose en un aliado perfecto para el tratamiento de las várices.
En un recipiente hermético, combinamos las hojas trituradas con el aceite de oliva virgen extra, reconocido por su alto contenido en vitaminas A y E, que contribuyen a la regeneración cutánea y a disminuir la apariencia de las venas varicosas.
Para activar los principios activos de las plantas, envolvemos el frasco en una toalla y lo colocamos en una olla con agua caliente a fuego lento durante media hora. Después, tapamos herméticamente el recipiente, lo envolvemos de nuevo en la toalla y lo dejamos reposar en un lugar fresco y oscuro durante diez días.
Transcurrido este tiempo, filtramos la mezcla con un colador fino o una tela de muselina para separar los restos vegetales y obtener un aceite puro listo para su aplicación. Este remedio casero debe aplicarse mediante suaves masajes circulares en las zonas afectadas para mejorar la circulación, aliviar el dolor y fortalecer las paredes vasculares. Si se conserva en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco, mantiene sus propiedades durante aproximadamente un año.
El poder terapéutico de los ingredientes naturales
La eficacia de este remedio casero radica en las propiedades individuales y sinérgicas de sus componentes. El romero, ampliamente utilizado en la medicina tradicional mediterránea, constituye una fuente notable de antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Esta planta aromática mejora significativamente la circulación sanguínea al favorecer la dilatación de los vasos sanguíneos, contribuyendo a reducir la presión arterial y, consecuentemente, disminuyendo el riesgo de desarrollar problemas cardíacos y previniendo la formación de várices.
Por su parte, el laurel aporta una considerable cantidad de polifenoles y flavonoides, compuestos con notables propiedades antioxidantes que protegen la piel frente al daño oxidativo provocado por los radicales libres. Esta acción protectora resulta particularmente valiosa para prevenir el envejecimiento prematuro y la aparición de arrugas, manteniendo una piel saludable y firme.
El aceite de oliva, componente fundamental de la dieta mediterránea, completa esta poderosa combinación terapéutica. El Instituto Médico Langle subraya su capacidad para optimizar la circulación sanguínea y reducir los procesos inflamatorios. De esta forma, el preparado no solo alivia la sintomatología asociada a las várices, sino que también contribuye al mantenimiento de la salud general de la piel y los vasos sanguíneos.
¿Pueden las várices desaparecer con tratamientos naturales?
Si bien los remedios naturales como el aceite de romero y laurel pueden aliviar significativamente los síntomas asociados a las várices, los especialistas coinciden en que no eliminan completamente las venas ya dilatadas. La Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular señala que estos preparados caseros funcionan principalmente como coadyuvantes, reduciendo la inflamación y mejorando la circulación, pero no sustituyen los tratamientos médicos específicos cuando las várices están ya establecidas.
No obstante, su aplicación regular, combinada con hábitos saludables como mantener un peso adecuado, realizar ejercicio moderado y evitar el sedentarismo prolongado, puede prevenir la aparición de nuevas várices y ralentizar la progresión de las existentes. Los dermatólogos recomiendan, además, elevar las piernas siempre que sea posible y utilizar medias de compresión para favorecer el retorno venoso.
¿Cuándo se debe consultar a un especialista?
Aunque los remedios naturales resultan beneficiosos para muchos pacientes, existen situaciones que requieren atención médica inmediata: si las várices presentan cambios súbitos de coloración, si la piel circundante se enrojece, endurece o muestra signos de infección, o si el dolor se intensifica repentinamente, debe consultarse al especialista.
Asimismo, personas con problemas de coagulación, diabetes o enfermedades dermatológicas deberían consultar a su médico antes de aplicar cualquier preparado sobre la piel, incluso los de origen natural. La seguridad siempre debe primar sobre la efectividad de los remedios caseros.
En definitiva, el aceite de romero y laurel representa una alternativa complementaria interesante para quienes padecen várices leves o moderadas, siempre como parte de un abordaje integral que incluya revisiones médicas periódicas y la adopción de hábitos saludables orientados a mejorar la circulación venosa y el bienestar general.