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Hacienda lo confirma: multas de hasta 150.000 euros por sacar o ingresar dinero en efectivo sin justificar a la Agencia Tributaria

La Agencia Tributaria intensifica la vigilancia sobre ingresos y retiradas de grandes cantidades en metálico como parte de su estrategia contra la economía sumergida

Una persona retira dinero en efectivo de un cajero automático.

Una persona retira dinero en efectivo de un cajero automático.Unsplash

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La Agencia Tributaria ha confirmado oficialmente el endurecimiento de los controles sobre el movimiento de dinero en efectivo, estableciendo sanciones que pueden alcanzar los 150.000 euros para quienes no justifiquen adecuadamente el origen o destino de grandes cantidades. Esta medida, implementada desde hace algunos meses, forma parte de la estrategia global de Hacienda para combatir la economía sumergida y el fraude fiscal en España, en un contexto donde el uso del efectivo sigue siendo relevante pese al avance de los medios de pago digitales.

En la práctica, esto significa que cualquier ciudadano que realice ingresos o retiradas significativas de dinero en metálico deberá estar preparado para demostrar su procedencia o finalidad ante los requerimientos de la administración tributaria. Las entidades bancarias, por su parte, están obligadas a notificar a Hacienda todas las operaciones en efectivo iguales o superiores a 3.000 euros, aunque cantidades menores también pueden activar alertas si se realizan con determinados patrones o frecuencia.

¿Qué operaciones están bajo vigilancia?

Aunque el organismo fiscal no establece un umbral específico para todas las situaciones, la normativa vigente obliga a las entidades financieras a comunicar automáticamente a la Agencia Tributaria cualquier movimiento en efectivo que alcance o supere los 3.000 euros. Este límite funciona como un primer filtro de control, pero no es el único criterio que emplea Hacienda para detectar posibles irregularidades.

Un aspecto especialmente relevante es que también se considerarán sospechosas las operaciones fraccionadas. Es decir, si un contribuyente realiza múltiples movimientos de cantidades inferiores —por ejemplo, de 1.000 euros— en días consecutivos o cercanos, el sistema de alertas podría activarse igualmente. Esta práctica, conocida como "pitufeo" o "smurfing" en terminología financiera, está específicamente vigilada por las autoridades como posible indicio de blanqueo de capitales.

Documentación necesaria para justificar operaciones en efectivo

Para evitar sanciones, los contribuyentes deben conservar y presentar documentación que acredite fehacientemente el origen o destino de los fondos. Según la Agencia Tributaria, algunos de los documentos válidos incluyen:

  • Facturas de compraventa legalmente emitidas
  • Contratos formalizados ante notario
  • Documentación relacionada con herencias o donaciones
  • Extractos bancarios que muestren la trazabilidad del dinero
  • Declaraciones tributarias previas donde conste dicho patrimonio

La ausencia de esta justificación puede derivar en sanciones severas, que en casos extremos podrían alcanzar el 150% del importe no justificado, con un tope máximo de 150.000 euros para las infracciones más graves.

El futuro del efectivo en la economía española

Esta intensificación de controles se produce en un momento de debate sobre el papel del dinero físico en la sociedad. Aunque muchos comercios y consumidores han adoptado masivamente los medios de pago electrónicos, especialmente tras la pandemia, existe todavía un importante sector de la población que prefiere o necesita utilizar efectivo en sus transacciones diarias.

El Banco de España ha recordado en varias ocasiones que los billetes y monedas son de curso legal y obligatoria aceptación, aunque en la práctica muchos establecimientos priorizan o incluso intentan imponer el pago con tarjeta. Esta situación ha generado cierta preocupación entre colectivos como personas mayores o residentes en zonas rurales, donde el acceso a servicios bancarios digitales puede ser más limitado.

Las autoridades económicas mantienen, por tanto, un difícil equilibrio: por un lado, promover la digitalización de la economía para mejorar la trazabilidad y reducir el fraude fiscal; por otro, garantizar que ningún ciudadano quede excluido del sistema financiero por no poder o querer utilizar medios electrónicos.

¿Qué puede hacer el contribuyente para evitar problemas?

Ante este panorama de mayor vigilancia sobre el efectivo, los expertos financieros recomiendan:

  • Conservar siempre comprobantes y documentación de cualquier operación significativa en efectivo
  • Evitar fraccionar artificialmente los movimientos para eludir controles
  • Declarar correctamente en el IRPF todos los ingresos, independientemente de su forma de cobro
  • Consultar con un asesor fiscal ante dudas sobre operaciones importantes
  • Utilizar medios de pago trazables cuando sea posible, especialmente para importes elevados

¿Cómo afecta esta medida a los negocios que operan principalmente en efectivo?

Los sectores con mayor tradición de uso de efectivo, como pequeño comercio, hostelería o servicios domésticos, deberán extremar la precaución en su gestión de caja. La recomendación general es mantener un registro detallado de ingresos y gastos, realizar depósitos bancarios con regularidad y evitar acumulaciones excesivas de dinero en metálico sin justificación aparente.

Además, estas empresas deberán estar especialmente atentas a los límites legales para pagos en efectivo, que actualmente se sitúan en 1.000 euros para operaciones profesionales o empresariales (con algunas excepciones para particulares y turistas extranjeros).

¿Qué otras medidas está implementando Hacienda contra el fraude fiscal?

El refuerzo de los controles sobre el efectivo se enmarca en una estrategia más amplia de lucha contra el fraude que incluye otras medidas como:

  • La implementación progresiva del sistema Ticket BAI para el control de las ventas minoristas
  • Mayor seguimiento de las operaciones inmobiliarias y su valoración real
  • Ampliación de los acuerdos internacionales de intercambio de información fiscal
  • Utilización de tecnologías de big data e inteligencia artificial para detectar patrones sospechosos
  • Campañas específicas centradas en sectores económicos con mayor riesgo de opacidad

La Agencia Tributaria ha manifestado su compromiso de perseguir el fraude fiscal con todos los medios a su alcance, considerándolo no solo una infracción administrativa sino un grave perjuicio para el conjunto de la sociedad y los servicios públicos que se financian mediante impuestos.

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