Bademunt, el eterno comodín
Diez temporadas como jugador y veinte como técnico, a caballo entre el filial y el primer equipo. Hombre de club, el Lleida nunca se lo agradeció lo suficiente

El amateur. Tras regresar a Lleida del Cadiz pasó a entrenar al filial del primer equipo de la UD Lérida. - FONS GÓMEZ VIDAL / ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

El amateur. Tras regresar a Lleida del Cadiz pasó a entrenar al filial del primer equipo de la UD Lérida. - FONS GÓMEZ VIDAL / ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Bademunt, junto a su esposa, nunca quiso romper su relación con Lleida. Abajo su primera ficha. - FONS GÓMEZ VIDAL / ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Eterno segundo. Con Josep Seguer el año del ascenso. - FONS GÓMEZ VIDAL / ARXIU FOTOGRÀFIC IEI

Segundo. Bademunt en el banquillo del Camp d’Esports.

Bademunt, en la UD Lérida.

Bademunt como cadista.

Bademunt, el eterno comodín
El domingo, 1 de marzo de 1987, Manolo Bademunt Buera (24-1-1921/4-3-2004) ponía punto final a su carrera como futbolista primero, y entrenador después, tras 30 años al servicio del Lérida Balompié, Unión Deportiva Lérida, y finalmente, Unió Esportiva Lleida. Fue dirigiendo al amateur un partido, desde el banquillo del Camp d’Esports, ante el Guineueta en la categoría Preferente. Lo dejó por problemas de salud, había sufrido una lipotimia un par de partidos atrás y los médicos, y su esposa, le aconsejaron que lo dejase. Bademunt, al que desde el club nunca se le agradeció lo suficiente los servicios prestados, fue ante todo un hombre de club. De esos personajes, mediáticamente poco valorados, que siempre han estado ahí para echar una mano en lo que hiciese falta. Basta recordar, por citar solo unos ejemplos, Molowny en el Real Madrid (quizá el más icónico de todos), Boro en el Valencia, Flores en el Espanyol, Víctor Fernández en el Zaragoza o Joaquín Caparrós en el Sevilla... Bademunt fue jugador del Lérida Balompié desde la temporada 1939-40 en Segunda Regional en ascenso a Primera Regional (40-41) y a Tercera, por reestructuración, en la 42-43 haciendo historia en el campo de la Carretera de Corbins. En la 45-46, ya como Unión Deportiva Lérida, pasó al Camp d’Esports para lograr en la 48-49 el ascenso a Segunda División. Bademunt, que comenzó de delantero para, con los años, pasar a jugar de mediocentro defensivo, no pudo gozar del ascenso a Primera División (49-50) porque fue traspasado al Cartagena. Un hecho que Manolo siempre lamentó porque del Cartagena pasó al Cádiz (ver desglose) y cuando volvió, porque nunca quiso desvincularse de su equipo ni de su ciudad, ya pasó a formar parte de su staff técnico. Su misión era el amateur pero cuando caía el entrenador de turno siempre acababa echando una mano hasta la llegada del nuevo inquilino del banquillo.
No obstante, hubo ocasiones en que sí comenzó la campaña desde la primera jornada: en la 57-58 en Tercera con Josep Peralta; en la 61-62 también con Peralta haciendo tándem y en la 69-70, en solitario. Gozó, con Vilaltella de presidente, del histórico ascenso a Segunda (64-65) como ayudante de Josep Seguer.
Su último paso por el banquillo del primer equipo fue en la 72-73, siempre en Tercera, cuando cogió el equipo que había dejado Moreno Manzaneque y casi consiguió el ascenso. Acabó cuarto. Bademunt solo dejó el Lleida para entrenar una única temporada al Oliana, en Tercera División (77-78), aunque no pudo impedir su descenso. Lleida TV le rindió homenaje en la campaña 2009-2010 creando el trofeo Bademunt al máximo goleador del equipo. Lo ganó Marc Sellarès con doce dianas.
En Cadiz aún se le considera una leyenda
Cuando el leridano Josep Peralta fue contratado por el Cádiz, como entrenador del equipo, entonces en Tercera División en la temporada 50-51 (la misma en la que la UD Lérida debutaba en Primera) se llevó al Carranza hasta siete jugadores que habían sido claves en los éxitos del Camp d’Esports: Bademunt, Cala, Amat, Ferrando, Módol, Vega y Ramacha. Todos se fueron a la temporada siguiente menos Bademunt. Con los amarillos estuvo cinco años y acabó siendo el capitán. Hoy en día, aún se le considera una leyenda del fútbol gaditano.