La misión Hipatia II concluye que la sangre menstrual puede fertilizar cultivos en misiones en Marte
Las astronautas de la misión simulada en Utah establecen que la menstruación es compatible con la exploración espacial y podría aportar valor añadido en futuras expediciones a Marte

Astronautas de la misión Hypatia II en la presentación de resultados en CosmoCaixa.
Las astronautas de la misión Hipatia II han llegado a una reveladora conclusión: la sangre menstrual podría convertirse en un fertilizante natural ideal para el cultivo de alimentos en invernaderos de estaciones espaciales en Marte. Este hallazgo forma parte de las principales conclusiones presentadas este lunes por las tripulantes de la misión simulada realizada en el desierto de Utah, que ha analizado, entre otros ámbitos de investigación, los efectos de una exploración marciana en el cuerpo femenino. Las científicas han destacado que la menstruación y el uso de la copa menstrual son perfectamente "compatibles" con las misiones espaciales e incluso pueden proporcionar un valor añadido significativo. Asimismo, han señalado que, aunque la masa muscular de las participantes se redujo durante la experiencia, su peso y fuerza se mantuvieron estables.
Las siete integrantes de la misión científica Hipatia II, dedicada a investigar las condiciones de vida en Marte y los efectos de las experiencias espaciales en el cuerpo de la mujer, han vivido durante dos semanas en la Mars Desert Research Station (MDRS), ubicada en el desierto de Utah, Estados Unidos. En este entorno que simula las características del planeta rojo, las tripulantes se han enfrentado exigencias físicas considerables y restricciones de agua y alimentos similares a las que experimentarían en una verdadera expedición marciana.
Una de las primeras revelaciones que las investigadoras han compartido durante la presentación de este lunes es que todas las participantes experimentaron una reducción en su masa muscular. Helena Arias, ingeniera del equipo, ha explicado que estos resultados se derivan de las antropometrías realizadas a las siete integrantes antes y después de la misión. Sin embargo, ha precisado que la experiencia no alteró ni el peso corporal ni la fuerza de las tripulantes, gracias a una rutina diaria de 30 minutos de ejercicios de fuerza, resistencia y cardiovasculares, combinada con una nutrición adecuada.
El uso de la sangre menstrual como fertilizante: un descubrimiento pionero
Más allá de centrarse en tareas de supervivencia e investigación científica, las astronautas también dedicaron parte de su tiempo a estudiar el sesgo de género vinculado a la exploración espacial. En este contexto, uno de los aspectos más destacados ha sido la gestión de los ciclos menstruales durante la misión.
"La nuestra es la primera tripulación de mujeres astronautas que ha utilizado la copa menstrual en una misión simulada", han explicado las tripulantes de Hipatia II, que han afirmado que uno de sus propósitos era reivindicar el ciclo natural femenino y "rechazar la visión masculinizada de la exploración espacial". Han subrayado que tanto la menstruación como el uso de la copa menstrual son perfectamente "compatibles" con este tipo de experiencias y pueden aportar un valor añadido considerable.
La geóloga Marina Martínez ha detallado que durante la misión se utilizó la sangre de dos tripulantes que tuvieron su período como fertilizante natural para las plantas. Esta iniciativa forma parte de un proyecto colaborativo con el Hospital Sant Pau. "Hasta ahora no existe ningún estudio científico que realmente se haya preocupado por comprobar que efectivamente la sangre de la menstruación es un fertilizante natural efectivo", ha explicado Martínez.
Los resultados preliminares de los experimentos realizados en semilleros con legumbres previamente germinadas en la estación han mostrado que el uso de una disolución de sangre menstrual mezclada con agua puede resultar beneficioso para el crecimiento vegetal. Las plantas fertilizadas con este método desarrollaron más raíces y crecieron más rápidamente. La geóloga y responsable del invernadero de la misión ha destacado que en una misión espacial donde la mayoría de los alimentos son deshidratados, los brotes verdes se convierten en algo "muy preciado".
Alta exigencia física y contribuciones científicas significativas
La misión Hipatia II ha estado marcada por numerosas salidas extravehiculares, ya que muchos proyectos requerían desarrollo en el exterior de la base. En dos semanas, las astronautas análogas realizaron un total de 22 salidas, dos cada día —una por la mañana y otra por la tarde— con una duración de entre tres y cuatro horas.
Cuatro de estas salidas se destinaron exclusivamente a instalar un triedro en el exterior de la base, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA). Este instrumento sirve para calibrar satélites que orbitan la Tierra. Las astronautas de Hipatia diseñaron el triedro, lo construyeron en el módulo RAM de la estación y lo instalaron en el exterior, fijando la estructura al suelo en un parche de hormigón utilizando taladro y broca.
De esta forma, Hipatia Mares ha contribuido a ampliar las instalaciones de la estación de Utah con un instrumento que podrán utilizar las próximas tripulaciones y cualquier grupo de investigación y tratamiento de datos satelitales para realizar revisiones meteorológicas, así como estudios oceanográficos y climáticos globales. Este tipo de calibración permite obtener la precisión necesaria en las mediciones satelitales para concluir, por ejemplo, que el nivel del mar aumenta 5 milímetros cada año y que este crecimiento se está acelerando exponencialmente, o que el hielo del Ártico ha disminuido más de un 12% cada década.
Nuevas líneas de investigación incorporadas a la misión
La misión también ha incorporado nuevas líneas de investigación como la geología. La tripulación recolectó muestras de doce ubicaciones del desierto de Utah utilizando una pistola de fluorescencia de rayos X que permite realizar análisis químicos in situ. Esto ha permitido priorizar la calidad sobre la cantidad de material geológico, evitando una recolección a ciegas. Las investigadoras lograron identificar una serie de minerales y rocas que explican la historia geológica del lugar, muy similar a Marte. Además, Hipatia II encontró un mineral muy rico en estroncio (40%), un resultado que demuestra que una astronauta con instrumentación aumenta las probabilidades de éxito en una expedición.
Las astronautas han señalado que el estroncio es un indicador de la presencia abundante de agua en forma líquida, en un entorno árido como es actualmente el desierto de Utah. Aunque hasta el momento nunca se ha encontrado estroncio en Marte, las tripulantes han apuntado que si algún día se detectara, esto confirmaría un período pasado con abundancia de ríos. Han recordado que en Marte se han encontrado otros minerales que también indican presencia de agua y alteración hidrotermal, como el yeso o la sílice, que también se han hallado en Utah.
Sostenibilidad: un pilar fundamental de la misión
Otro de los ámbitos de investigación innovadores ha sido la sostenibilidad, en el cual se han desarrollado diversos proyectos para reducir la huella ecológica de las astronautas. Jennifer García Carrizo, responsable de comunicación de Hipatia II, ha informado que la misión ha ahorrado 832,31 kilovatios (kW), cantidad que permitiría alimentar una vivienda durante casi tres meses.
En cuanto al consumo de agua, ha explicado que cada tripulante utilizó una media de 10,5 litros diarios, en comparación con los 105 litros que consume diariamente una persona residente en Barcelona. Ha detallado que, en total, han conseguido ahorrar 10.526,65 litros de agua, cantidad equivalente a más de 100 duchas de unos siete minutos cada una.
La tripulación también ha evitado emisiones de 610,49 kilos de dióxido de carbono, equivalente a las emisiones de un trayecto en coche de más de 3.600 kilómetros. Respecto a los residuos, han evitado generar 78,48 kilos de basura, dato comparable al peso de aproximadamente 4.000 botellas de plástico de 500 mililitros.
¿Qué es la misión Hipatia?
La misión Hipatia es una iniciativa científica española que toma su nombre de Hipatia de Alejandría, matemática, astrónoma y filósofa del siglo IV d.C., considerada un símbolo del papel de la mujer en la ciencia. El proyecto busca investigar las condiciones de vida en otros planetas, particularmente Marte, y analizar los efectos de las experiencias espaciales en el cuerpo femenino.
Paralelamente a la investigación científica, Hipatia II ha trabajado para inspirar vocaciones científicas entre niñas y jóvenes. Anna Bach, la artista del equipo, ha explicado que ella misma ha escrito e ilustrado un libro infantil titulado 'Las exploradoras de Marte' que recogerá todas las aventuras de este grupo de mujeres. La obra narra las experiencias vividas a lo largo de este proyecto en el campamento marciano.