Silvio Garattini, el oncólogo de 96 años que defiende el azúcar: "El cerebro lo necesita"
El renombrado científico italiano comparte sus hábitos de vida longeva y lanza críticas al exceso de medicación, mientras reabre el debate sobre el consumo de azúcar y el verdadero secreto de una vejez saludable

Una cucharada de azúcar.
Silvio Garattini, farmacólogo y oncólogo de renombre internacional, sigue siendo a sus 96 años una voz autorizada en el campo de la medicina. Este científico italiano, fundador del prestigioso Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri en las afueras de Milán, ha sorprendido con sus declaraciones sobre el consumo de azúcar durante una reciente entrevista concedida al diario Corriere Della Sera, donde comparte los hábitos que le han permitido mantener una salud envidiable pese a su avanzada edad.
A contracorriente de las recomendaciones médicas actuales, Garattini no renuncia a los dulces: "El cerebro necesita unos 90 gramos de azúcar al día, contando con azúcares simples y complejos. Por ejemplo, no rechazo un pequeño postre por la noche", afirma el científico. Esta postura resulta especialmente llamativa en tiempos donde numerosos especialistas alertan sobre los riesgos del exceso de azúcar. Sin embargo, su estado de salud parece respaldar sus elecciones, ya que únicamente toma un anticoagulante por una leve fibrilación auricular y no ha necesitado antibióticos en cuatro décadas.
Su rutina diaria también desafía convenciones: "No desayuno", confiesa sin tapujos. "Mi día empieza con un café, seguido por otro, y a la hora del almuerzo, apenas un poco de zumo de naranja y un par de galletas". Por la noche, sin embargo, disfruta de una cena completa que incluye ese postre que no se niega a saborear.
La paradoja del azúcar en la dieta del oncólogo nonagenario
La postura de Garattini sobre el azúcar contrasta notablemente con las directrices nutricionales contemporáneas. Mientras organizaciones como la OMS recomiendan limitar su ingesta a menos del 10% de las calorías diarias, el veterano oncólogo defiende su consumo moderado como parte necesaria para el correcto funcionamiento cerebral. Esta aparente contradicción pone de manifiesto el complejo debate sobre nutrición y longevidad que sigue sin consensos definitivos.
Pero más allá de sus hábitos alimenticios, lo que verdaderamente impresiona es su actividad diaria. A pesar de estar próximo al centenario, Garattini camina aproximadamente cinco kilómetros cada día, actividad que describe como "una forma de meditación". Además, continúa participando en congresos científicos, escribe libros y comparte su vasto conocimiento con las nuevas generaciones de investigadores y médicos.
Críticas al sistema sanitario y la sobremedicación
El científico italiano no limita sus reflexiones al ámbito nutricional. En la misma entrevista, Garattini expresa preocupaciones profundas sobre el rumbo actual de la medicina: "Hoy día, la medicina se ha convertido en un mercado", denuncia con contundencia. Según su criterio, existe una tendencia preocupante a la sobreprescripción de medicamentos, especialmente antibióticos, lo que contribuye al grave problema de resistencia antimicrobiana que en Italia causa aproximadamente 12.000 fallecimientos anuales.
"Los italianos vivimos mucho, pero no siempre bien", señala Garattini al abordar la paradoja de la longevidad en su país. Destaca que, pese al aumento de la esperanza de vida, enfermedades como la diabetes tipo 2 se han convertido en epidemias modernas, en gran parte debido a la insuficiente inversión en prevención y educación sanitaria.
Nacido en 1928, Silvio Garattini es uno de los científicos más influyentes de Italia en el campo de la farmacología. Fundó en 1963 el Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri, un centro privado sin ánimo de lucro dedicado a la investigación biomédica. Su trabajo ha sido fundamental para el desarrollo de tratamientos oncológicos y el estudio de medicamentos contra el cáncer.
A lo largo de su dilatada carrera, Garattini ha publicado más de 2.500 artículos científicos y ha recibido numerosos reconocimientos internacionales. Su enfoque crítico hacia la industria farmacéutica y su defensa de una investigación independiente le han convertido en una figura respetada pero también controvertida en ciertos círculos.
Su postura firme contra el tabaco le ha llevado a enfrentamientos memorables, como cuando aconsejó a un conocido presentador italiano que dejara de fumar en televisión, recibiendo una respuesta peculiar que aún recuerda. Garattini ha mantenido durante décadas una coherencia admirable entre sus investigaciones y su activismo por la salud pública.
Longevidad y calidad de vida: el equilibrio necesario
"Cuando era niño, llegar a los 60 ya se consideraba un logro", comenta Garattini, ilustrando el extraordinario avance en esperanza de vida que ha presenciado a lo largo de su existencia. Sin embargo, el científico advierte que este aumento cuantitativo no siempre va acompañado de mejoras cualitativas en la salud de la población.
El farmacólogo señala que el verdadero desafío de los sistemas sanitarios modernos no debería ser simplemente prolongar la vida, sino asegurar que esos años adicionales se vivan con plenitud y autonomía. En su caso personal, mantiene una independencia envidiable y una claridad mental excepcional que le permite seguir contribuyendo a la ciencia y al debate público.
¿Por qué necesita azúcar nuestro cerebro?
La afirmación de Garattini sobre la necesidad cerebral de azúcar tiene base científica. El cerebro humano, que representa apenas el 2% del peso corporal, consume aproximadamente el 20% de la energía total del organismo, principalmente en forma de glucosa. Este órgano no puede almacenar glucosa y depende de un suministro constante a través del torrente sanguíneo.
No obstante, los especialistas en nutrición diferencian entre los azúcares naturalmente presentes en alimentos como frutas o cereales integrales y los azúcares añadidos en productos procesados. El debate actual no cuestiona tanto la necesidad de glucosa para el funcionamiento cerebral, sino la fuente más adecuada de esta y sus efectos metabólicos a largo plazo.
Actividad física: el secreto mejor guardado de la longevidad
Los cinco kilómetros diarios que camina Garattini podrían ser uno de los factores determinantes de su excepcional estado de salud. Numerosos estudios científicos han demostrado que la actividad física regular es uno de los predictores más fiables de longevidad saludable, incluso por encima de factores genéticos.
El ejercicio moderado como caminar no solo fortalece el sistema cardiovascular y mantiene la masa muscular, sino que también beneficia la función cognitiva y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas. La descripción que hace Garattini de su caminata como "una forma de meditación" añade además la dimensión del bienestar mental a esta práctica cotidiana.
A sus 96 años, el ejemplo de Silvio Garattini nos recuerda que, más allá de debates sobre nutrientes específicos, la clave para una vejez saludable parece residir en un enfoque integral que combine actividad física, estimulación intelectual y, quizás, la ocasional indulgencia en pequeños placeres como ese postre nocturno que el eminente científico no se niega a disfrutar.