SEGRE

Expertos explican por qué las sequías se han agravado un 40% en los últimos 40 años

Un estudio internacional liderado por el CSIC revela que la sequía se ha agravado incluso en regiones húmedas y revela el motivo 

La cola del pantano de Rialb en plena sequía, el 2022.  

La cola del pantano de Rialb en plena sequía, el 2022.  

Publicado por
segre 

Creado:

Actualizado:

Las sequías se han intensificado en un 40% durante las últimas cuatro décadas debido a que la atmósfera terrestre "tiene cada vez más sed" y actúa como una enorme esponja invisible que absorbe la humedad con mayor rapidez de lo que esta puede reponerse. Esta es la conclusión principal de una investigación internacional publicada recientemente en la prestigiosa revista científica Nature, en la que ha participado un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

El estudio, que analiza datos climáticos de alta resolución que abarcan más de un siglo, demuestra que la demanda evaporativa atmosférica —la capacidad del aire para absorber agua en forma de vapor— se ha incrementado significativamente a nivel global, provocando sequías más severas incluso en zonas tradicionalmente húmedas. Los científicos atribuyen este fenómeno principalmente al aumento de las temperaturas causado por el cambio climático, que ha provocado que la superficie terrestre sometida a sequías graves haya aumentado un 74% en los últimos cinco años.

El papel determinante de la temperatura en las sequías actuales

"A medida que el planeta se calienta a causa del cambio climático, la demanda evaporativa atmosférica aumenta y provoca sequías más graves, incluso en regiones húmedas", explica Sergio Vicente, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), la PTI Clima y coautor del estudio. Esta conclusión rompe con la idea tradicional de que las sequías están vinculadas exclusivamente a la escasez de precipitaciones.

De hecho, Vicente aclara un punto fundamental: "El incremento de la severidad de las sequías en las regiones húmedas se debe a que la atmósfera demanda más agua, y no porque llueva menos". Esta distinción resulta crucial para entender la nueva dimensión del problema al que nos enfrentamos, donde el calentamiento global juega un papel determinante en la intensificación de estos fenómenos extremos.

Hasta la publicación de esta investigación, aunque los científicos conocían la importancia de la demanda atmosférica, no se había realizado un análisis exhaustivo de su impacto global utilizando observaciones reales. El equipo ha aplicado métodos avanzados para rastrear cómo ha aumentado esta demanda y cuantificar su efecto en el empeoramiento de las sequías a escala planetaria.

Un desafío de medición y gestión

Solomon H. Gebrechorkos, primer autor del estudio, señala uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los investigadores: "Nos enfrentamos a un gran desafío, ya que no existe una forma directa de medir cuán sedienta está la atmósfera a lo largo del tiempo". Esta dificultad técnica complica la monitorización precisa del fenómeno, aunque los avances metodológicos empleados en este trabajo han permitido superarla parcialmente.

Los autores del estudio subrayan que incluir la demanda evaporativa en los sistemas de monitoreo de sequías, en lugar de depender únicamente de los datos sobre precipitaciones, es fundamental para gestionar mejor los riesgos asociados. Esto afecta directamente a sectores clave como la agricultura, los recursos hídricos, la producción energética y la salud pública.

La investigación también proyecta que, dado el cambio climático previsto para las próximas décadas, especialmente con el continuo aumento de las temperaturas, el impacto de la demanda evaporativa se intensificará aún más. Esto supone un reto adicional para regiones que ya están experimentando dificultades para hacer frente a sequías severas.

¿Qué es la demanda evaporativa atmosférica?

La demanda evaporativa atmosférica es un concepto clave para entender el fenómeno de las sequías modernas. Se refiere a la capacidad que tiene la atmósfera para absorber agua en forma de vapor, actuando como una especie de esponja invisible. Esta capacidad depende principalmente de factores como la temperatura, la humedad relativa, la velocidad del viento y la radiación solar.

Cuando aumenta la temperatura global, como está ocurriendo debido al cambio climático, la atmósfera puede contener más vapor de agua. Esto incrementa su "sed" y acelera la evaporación del agua de los suelos, lagos, ríos y vegetación, incluso cuando los niveles de precipitación se mantienen estables. El resultado es un secado más rápido e intenso del entorno, lo que agrava las condiciones de sequía.

¿Cómo afectan las sequías intensificadas a diferentes regiones?

El impacto de estas sequías intensificadas varía significativamente según las regiones. En zonas ya de por sí áridas, como el Mediterráneo, el Sahel o partes de Australia, la mayor demanda evaporativa puede llevar a condiciones extremas que amenazan los ecosistemas y la disponibilidad de agua potable. Sin embargo, el estudio revela algo particularmente preocupante: incluso las regiones tradicionalmente húmedas están experimentando sequías más severas debido a este fenómeno.

Esto ocurre porque, aunque en estas zonas la precipitación puede mantenerse en niveles normales, la mayor capacidad de absorción de humedad por parte de la atmósfera provoca un déficit hídrico en suelos y vegetación. La consecuencia directa es el estrés hídrico en cultivos y ecosistemas naturales que no están adaptados a estas nuevas condiciones.

¿Qué medidas proponen los expertos?

Ante este panorama, Gebrechorkos hace un llamamiento a la acción inmediata: "Es necesario actuar ahora, desarrollando estrategias de adaptación socioeconómica y ambiental específicas, así como sistemas mejorados de alerta temprana y gestión de riesgos". Entre las medidas que los expertos consideran prioritarias se encuentran:

  • La implementación de sistemas de monitoreo que incorporen la demanda evaporativa, no solo las precipitaciones
  • El desarrollo de infraestructuras de almacenamiento y gestión del agua más eficientes
  • La adaptación de prácticas agrícolas a las nuevas condiciones climáticas
  • La restauración de ecosistemas que ayuden a regular el ciclo hidrológico
  • La reducción urgente de emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el calentamiento global

"Muchas de las zonas afectadas ya están teniendo dificultades para hacer frente a sequías severas. Aunque costó años conseguir que este estudio alcanzara su máximo potencial, valió la pena, porque las conclusiones son muy impactantes", concluye el investigador, subrayando la trascendencia de estos hallazgos para la gestión futura de uno de los riesgos climáticos más relevantes a nivel global.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking