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¿Qué significa cuando una persona es acumuladora según la psicología?

Acumular objetos sin valor puede ser señal de un trastorno psicológico más profundo que va más allá de la simple desorganización y requiere atención especializada

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Seguramente conozcas a alguien que tiene dificultad para deshacerse de objetos, ya sean artículos antiguos, envases vacíos o aparatos estropeados. Mantener recuerdos, guardar objetos con valor sentimental o evitar el desperdicio son comportamientos bastante comunes en nuestra sociedad. Sin embargo, cuando el hábito de acumular comienza a interferir en el bienestar de la persona, puede indicar un problema mucho más serio que requiere atención profesional.

Comprender qué lleva a una persona a acumular puede ser el primer paso para reconocer señales importantes de desequilibrio y buscar la ayuda necesaria. Los expertos en salud mental señalan que este comportamiento puede estar vinculado a diversos trastornos psicológicos y no debe confundirse con la simple desorganización que muchos experimentamos en algún momento de nuestras vidas.

El fenómeno de la acumulación afecta a miles de personas en España y, según diversos estudios, tiene una prevalencia estimada de entre el 2% y el 5% de la población adulta. A menudo pasa desapercibido hasta que la situación se vuelve insostenible para la persona o su entorno familiar.

¿Qué significa realmente ser una persona acumuladora?

El hábito de acumular objetos, incluso aquellos sin valor o utilidad aparente, puede ser una señal de alerta de diversos trastornos psicológicos que requieren intervención profesional.

La predisposición genética es un factor contribuyente, y personas con parientes cercanos con este trastorno tienen mayor probabilidad de desarrollar la condición. Sin embargo, la genética por sí sola no determina la aparición del trastorno.

No existe una única causa para el desarrollo del comportamiento acumulador. Diversos factores pueden estar implicados, entre ellos: experiencias traumáticas, elevados niveles de estrés, dificultades para gestionar emociones y otras condiciones relacionadas con la salud mental que desempeñan un papel fundamental. Además, como señala la experta, la predisposición genética también puede influir significativamente en la aparición de este hábito.

Señales de alerta que indican un problema de acumulación

Además de la evidente dificultad para deshacerse de objetos sin utilidad, la psicóloga explica que existen otros signos que pueden ayudar a identificar este trastorno:

Desorganización crónica: Los espacios vitales se encuentran permanentemente desordenados, hasta el punto de que algunas habitaciones pueden volverse inaccesibles o inutilizables.

Sensación constante de sobrecarga: La persona experimenta agobio por la cantidad de posesiones, pero paradójicamente se siente incapaz de desprenderse de ellas.

Dificultad para tomar decisiones: Incluso las más sencillas relacionadas con qué conservar y qué desechar pueden convertirse en procesos angustiosos y paralizantes.

Estos síntomas suelen desarrollarse gradualmente y pueden empeorar con el tiempo si no se aborda adecuadamente el problema subyacente. En casos extremos, la acumulación puede llegar a comprometer la seguridad y salud de la persona, creando riesgos de incendio, caídas o problemas higiénicos.

Diferencias entre una persona acumuladora y una desorganizada

Es frecuente confundir la desorganización con la acumulación, pero estos comportamientos presentan características bien diferenciadas que conviene conocer para un diagnóstico adecuado.

Las personas desorganizadas pueden tener dificultad en mantener el orden y la estructura en su vida y espacio, y pueden extraviar objetos. A diferencia de los acumuladores, que presentan dificultad en descartar objetos, incluso cuando no tienen valor o utilidad.

La clave para distinguir ambos comportamientos radica en la relación emocional con los objetos. Mientras que una persona desorganizada reconoce el desorden como un problema y no tiene apego especial a las cosas que acumula, el acumulador experimenta un vínculo emocional intenso con sus posesiones y siente ansiedad ante la idea de desprenderse de ellas.

Tratamientos disponibles para el trastorno de acumulación

El tratamiento para personas con trastorno de acumulación compulsiva es posible y puede implicar diferentes abordajes para atender las particularidades de cada paciente. La psicóloga informa que la terapia cognitivo-conductual es una de las técnicas que pueden resultar más efectivas en estos casos.

Esta aproximación ayuda a modificar pensamientos y comportamientos disfuncionales, desarrollando habilidades para gestionar emociones y pensamientos difíciles, reduciendo la ansiedad y evitando comportamientos de acumulación.

El tratamiento suele requerir un enfoque multidisciplinar que puede incluir intervención psicológica, apoyo familiar y, en algunos casos, tratamiento farmacológico para abordar trastornos concurrentes como la ansiedad o la depresión. El objetivo no es simplemente limpiar el espacio físico, sino modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que conducen a la acumulación.

¿Por qué algunas personas desarrollan este comportamiento?

Las investigaciones científicas han identificado varios factores que pueden contribuir al desarrollo del trastorno de acumulación. Entre ellos destacan:

Experiencias tempranas de pérdida o carencia: Algunas personas que vivieron situaciones de escasez material o emocional en su infancia pueden desarrollar conductas compensatorias de acumulación.

Procesamiento cognitivo alterado: Los estudios sugieren que las personas acumuladoras pueden presentar dificultades específicas en la toma de decisiones, el procesamiento de la información y la organización categoríal.

Comorbilidad con otros trastornos: El trastorno de acumulación suele presentarse junto con otros problemas de salud mental como el trastorno obsesivo-compulsivo, depresión o TDAH.

Comprender estos factores subyacentes resulta fundamental para desarrollar estrategias de tratamiento efectivas y personalizadas que aborden no solo los síntomas evidentes, sino también las causas profundas del comportamiento acumulador.

¿Cómo ayudar a un familiar acumulador?

Cuando se tiene un familiar o ser querido con este trastorno, la situación puede resultar frustrante y desconcertante. Los especialistas recomiendan algunas pautas para abordar el problema:

Evitar las limpiezas forzadas: Deshacerse de las posesiones sin el consentimiento de la persona puede generar trauma y desconfianza, empeorando la situación.

Fomentar la búsqueda de ayuda profesional: Sugerir de manera respetuosa la consulta con un especialista en salud mental es el primer paso para un tratamiento efectivo.

Ofrecer apoyo emocional: Es fundamental mostrar comprensión y paciencia, evitando juicios o críticas que puedan aumentar la ansiedad del acumulador.

Establecer objetivos realistas: El proceso de recuperación suele ser gradual y requiere pequeños pasos que la persona pueda asumir sin sentirse abrumada.

El trastorno de acumulación representa un desafío significativo tanto para quienes lo padecen como para sus familiares, pero con el apoyo adecuado y tratamiento especializado, es posible lograr mejoras sustanciales en la calidad de vida de estas personas.

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