Manuel Viso, médico, advierte sobre este alimento: "Si tu queso no se derrite así, es una señal"
Descubre el test casero del microondas que está revolucionando la forma en que los consumidores distinguen entre quesos reales y procesados

Queso fundido.
El experto en alimentación Manuel Viso ha popularizado un sencillo método casero para distinguir quesos auténticos de imitaciones procesadas mediante el uso del microondas. Esta técnica, que se ha vuelto viral en redes sociales, permite a los consumidores españoles verificar la calidad de los productos lácteos que adquieren, en un momento en que la preocupación por los alimentos ultraprocesados aumenta en nuestro país.
El método consiste en calentar una pequeña porción de queso en el microondas y observar su comportamiento durante la fusión. Según explica Viso, los quesos auténticos muestran características distintivas al fundirse, mientras que los procesados o las imitaciones reaccionan de manera completamente diferente debido a su composición. Esta información resulta particularmente valiosa para los consumidores españoles, que gastan de media unos 70 euros anuales en quesos, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La prueba ha generado gran interés entre los consumidores que buscan asegurarse de que están comprando productos lácteos genuinos en un mercado donde las etiquetas pueden resultar confusas. Nutricionistas consultados confirman que este tipo de pruebas caseras pueden ser orientativas, aunque recomiendan siempre revisar detenidamente el etiquetado de los productos.
Cómo realizar el test del microondas para verificar la autenticidad del queso
El procedimiento para realizar este test casero es sencillo y accesible para cualquier consumidor. En primer lugar, se debe cortar un trozo de entre 20 y 30 gramos del queso que se desea analizar. Esta cantidad es suficiente para observar el comportamiento sin desperdiciar producto.
A continuación, se coloca el trozo de queso en un plato apto para microondas, preferiblemente de cerámica o vidrio para evitar interferencias en la observación. El siguiente paso consiste en calentar la muestra a máxima potencia durante aproximadamente un minuto, aunque este tiempo puede variar ligeramente según la potencia del electrodoméstico.
Tras el calentamiento, es el momento de observar detenidamente el resultado y analizar las características que presenta el queso después de ser sometido al calor.
Diferencias entre quesos auténticos y procesados tras el test
Los quesos auténticos, como la mozzarella, el gouda, el cheddar natural o los quesos artesanales españoles como el manchego o el idiazábal, muestran características específicas tras ser calentados. Estos productos se derriten de manera uniforme, formando hilos o fundiéndose completamente. Es habitual que queden dorados por los bordes, mostrando un aspecto apetecible.
Otra característica distintiva es que los quesos reales presentan un aspecto aceitoso tras el calentamiento. Esto se debe a que la grasa natural de la leche se separa ligeramente durante el proceso. Además, un queso auténtico nunca dejará una capa gomosa o con textura similar al plástico tras ser sometido al calor.
Por el contrario, los quesos procesados o las imitaciones suelen comportarse de manera muy diferente. Según explica Manuel Viso, estos productos tienden a quedarse como una masa gomosa y no se funden adecuadamente. En algunos casos pueden incluso inflamarse sin burbujear o quedarse duros, características que no son propias de un queso natural.
La textura resultante de los quesos procesados suele recordar más al plástico o a materiales artificiales, y no forman los característicos hilos que se aprecian en los quesos auténticos cuando se estiran.
Base científica del test del microondas
La explicación científica detrás de este comportamiento diferenciado radica en la composición de ambos tipos de productos. Los quesos auténticos contienen proteínas lácteas, principalmente caseínas, y grasas naturales procedentes de la leche. Estos componentes reaccionan de manera específica ante el calor, fundiéndose y proporcionando esa textura elástica y cremosa característica.
En cambio, los quesos procesados o de imitación suelen contener aceites vegetales, féculas y diversos estabilizantes que abaratan el producto y prolongan su vida útil. Estos ingredientes no reaccionan igual que los componentes lácteos naturales cuando se calientan, lo que explica esa textura más artificial y menos cremosa que se observa tras el test.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), muchos productos etiquetados como "preparados lácteos" o "alimentos con queso" contienen porcentajes mínimos de queso real, siendo el resto ingredientes de menor coste como almidones modificados, grasas vegetales y aditivos diversos.
Importancia de la elección consciente al comprar queso
Este sencillo test casero ha puesto sobre la mesa la importancia de elegir conscientemente los productos lácteos que consumimos. España, con un consumo medio de 8,5 kg de queso por persona al año, se sitúa como un país con gran tradición quesera, aunque aún lejos de otros países europeos como Francia o Grecia.
Los expertos en nutrición recomiendan prestar atención al etiquetado de los productos, buscando aquellos que especifiquen claramente "queso" y no "preparado lácteo" o términos similares. Además, en los quesos auténticos, la leche debería aparecer como ingrediente principal, seguida del cuajo, la sal y los fermentos lácteos en el caso de quesos madurados.
El consumo de quesos auténticos no solo aporta beneficios organolépticos, sino también nutricionales. Los quesos naturales son fuente de proteínas de alto valor biológico, calcio y vitaminas como la B12, mientras que muchos de los procesados aportan principalmente grasas de baja calidad, sodio y carbohidratos simples.