Ni crucigramas, ni sudokus: este es el entretenimiento que los expertos recomiendan para mayores de 65 años para mejorar la memoria
Un nuevo enfoque de estimulación cognitiva combina desafío mental y coordinación física, superando los pasatiempos tradicionales en beneficios para la memoria y el envejecimiento saludable

Una persona mayor resolviendo pasatiempos.
Recientes investigaciones científicas han demostrado que el cubo de Rubik es una herramienta excepcionalmente eficaz para el mantenimiento y mejora de las capacidades cognitivas en personas mayores de 65 años, superando entretenimientos tradicionales como los crucigramas o sudokus. Este rompecabezas tridimensional, que combina coordinación manual con ejercicio mental, estimula simultáneamente varias áreas cerebrales fundamentales para preservar la memoria y las habilidades cognitivas durante el proceso natural de envejecimiento.
La memoria, esta capacidad fundamental que nos permite recordar nombres, fechas y acontecimientos, tiende a deteriorarse con la edad. A partir de los 65 años, muchas personas experimentan dificultades para recordar información que anteriormente venía a la mente de forma automática. Aunque esta situación suele generar preocupación, no necesariamente es motivo de alarma: forma parte del proceso natural de envejecimiento. No obstante, la ciencia moderna afirma que existen estrategias eficaces para ralentizar este deterioro y mantener la mente en forma.
Durante años, los expertos han destacado la importancia de mantener el cerebro activo, de la misma manera, que se recomienda el ejercicio físico para conservar la masa muscular. El cerebro no es un órgano pasivo, sino que responde a estímulos, desafíos y aprendizajes, manteniéndose, activo cuando se expone a actividades dinámicas que requieren concentración, memorización, planificación o creatividad.
¿Por qué el cubo de Rubik es superior a otros pasatiempos para la salud cerebral?
Según publicaciones científicas recogidas en PubMed, el cubo de Rubik ha sido considerado durante décadas como un juego o desafío especialmente popular entre niños y jóvenes aficionados a los rompecabezas. Sin embargo, más allá de la imagen de competición y velocidad asociada a los campeonatos mundiales, donde personas como Max Park sorprenden con su capacidad para resolverlo en nada más tres segundos, tiene numerosos beneficios que lo convierten en un excepcional dispositivo portátil de gimnasia cerebral.
El cubo, creado en 1974 por el profesor de arquitectura húngaro Ernő Rubik, estaba originalmente destinado a uso educativo para explicar conceptos de geometría tridimensional, pero rápidamente demostró ser un ejercicio de pensamiento lógico, memoria, coordinación y estrategia. El interés científico por este pasatiempo ha ido creciendo con el tiempo. Un estudio publicado en el European Journal of Special Education Research analizó el impacto del cubo de Rubik en la activación de diferentes áreas cerebrales, destacando su influencia positiva en el lóbulo prefrontal, el lóbulo frontal y el hipocampo, directamente relacionados, con la memoria, la planificación, la percepción espacial y la resolución de problemas.
Beneficios cognitivos específicos del cubo de Rubik para personas mayores
A diferencia de otras actividades como los crucigramas, el sudoku o la búsqueda de palabras, el cubo de Rubik exige al usuario el uso simultáneo de varias habilidades: recordar secuencias de movimientos, anticipar las consecuencias de ciertas acciones y corregir errores sobre la marcha. No se trata de velocidad, sino más bien de método y perseverancia. En este sentido, los expertos coinciden en que cualquier persona puede beneficiarse de su uso independientemente de sus habilidades o velocidad iniciales.
El cubo de Rubik destaca por su capacidad para fortalecer diferentes tipos de memoria y habilidades cognitivas. En primer lugar, la memoria a corto plazo mejora, ya que resolver el cubo requiere recordar determinadas secuencias o algoritmos que dictan los movimientos en fracciones de segundo. Esta habilidad, crucial en la vida cotidiana para recordar, por ejemplo, un número de teléfono o una instrucción reciente, suele deteriorarse con la edad, por lo cual ejercitarla resulta beneficioso.
Por otra parte, la memoria a largo plazo también se beneficia. Con la práctica, el cerebro procesa y almacena patrones y algoritmos, lo que hace que muchos de estos movimientos se automaticen. El proceso es similar al de aprender a montar en bicicleta o tocar un instrumento: inicialmente requiere concentración consciente, pero con las repeticiones se convierte en casi un reflejo. De esta manera, el uso regular del cubo incorpora un conocimiento robusto que, a su vez, facilita el aprendizaje de nuevas técnicas y estrategias.
Coordinación visual-motriz y memoria espacial
No se tiene que subestimar la importancia de la memoria muscular. Resolver el cubo requiere movimientos finos y coordinados entre los ojos y las manos. A medida que aumenta la destreza para manipular el objeto, mejora la habilidad manual y la precisión, lo que beneficia en tareas cotidianas como escribir, atar piezas o utilizar dispositivos electrónicos. La coordinación ojo de buey-manual es esencial para la independencia funcional, y mejorarla reduce la probabilidad de perder destreza en la vejez.
La memoria espacial es otro factor clave que ayuda a resolver el cubo de Rubik. Comprender cómo se relacionan las diferentes caras entre sí y anticipar el efecto de cada giro requiere visualizar patrones y trayectorias, un proceso que activa la percepción espacial, fundamental tanto para resolver el rompecabezas como para moverse de forma independiente al mundo real.
Además de las áreas mencionadas, el cubo influye en la capacidad de concentración y enfoque. Resolverlo obliga a mantener la atención y evitar distracciones, lo que, con práctica regular, conduce a una mejor capacidad de concentración en otras tareas importantes. Este pasatiempo, que requiere paciencia y flexibilidad mental, también ejercita la tolerancia a la frustración y la capacidad de adaptar estrategias cuando la situación cambia, fomentando la adaptabilidad cognitiva.
¿Cómo empezar con el cubo de Rubik si tienes más de 65 años?
A diferencia de muchos pasatiempos, el cubo de Rubik es asequible, portátil y ofrece nuevos desafíos cada vez, lo que evita la monotonía y aumenta la motivación. No es necesario ser un genio ni resolverlo en tiempo récord para beneficiarse de sus ventajas: lo importante es la práctica regular y la disposición a afrontar el reto con curiosidad y perseverancia.
Para los principiantes mayores de 65 años, los expertos recomiendan empezar con cubos de 3x3, que son los estándar, y seguir tutoriales específicos para personas mayores que explican los movimientos básicos de manera pausada. Existen numerosos recursos online y guías imprimidas especialmente diseñadas para este grupo de edad que desglosan el proceso en pasos sencillos y progresivos.
Los gerontólogos sugieren practicar unos 15-20 minutos diarios, preferiblemente por la mañana, cuándo la mente está más clara. No se trata de conseguir velocidad, sino de disfrutar del proceso y celebrar cada pequeño avance. Muchos centros para personas mayores están incorporando talleres específicos de cubo de Rubik después de comprobar sus beneficios en comparación con otras actividades de estimulación cognitiva.
¿Qué dicen los expertos sobre el impacto a largo plazo?
Estudios longitudinales realizados durante los últimos cinco años han demostrado que las personas mayores que practican regularmente con el cubo de Rubik durante al menos seis meses experimentan mejoras significativas en pruebas de memoria, coordinación y capacidad de resolución de problemas, en comparación con grupos de control que realizaban actividades más pasivas.
La neuroplasticidad, esta capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones neuronales incluso en edades avanzadas, se ve especialmente estimulada por actividades que combinan desafío mental con coordinación física, exactamente lo que proporciona el cubo de Rubik. Un reciente estudio publicado en la revista Neurology sugiere que este tipo de actividades pudrían incluso ayudar a retrasar la aparición de síntomas en personas con predisposición a enfermedades neurodegenerativas.
En conclusión, más allá de ser un juguete o un pasatiempo, el cubo de Rubik representa una herramienta accesible y eficaz para el mantenimiento de la salud cognitiva en personas mayores de 65 años. Su práctica regular estimula múltiples áreas cerebrales de forma simultánea, proporcionando beneficios que superan a los ofrecidos por los tradicionales crucigramas o sudokus. Como afirman los especialistas, nunca es tarde para empezar a ejercitar la mente, y este colorido rompecabezas podría ser el aliado perfecto para mantener la agilidad mental durante el proceso de envejecimiento.