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Drucker, uno de los padres del Ozempic: "La salud es mucho más, no solo cuántos kilos pesas"

El científico canadiense reivindica un enfoque integral de la salud y advierte contra el uso estético de medicamentos diseñados para tratar enfermedades graves como la diabetes y la obesidad

El canadiense Daniel Drucker, uno de los padres de medicamentos como el Ozempic o Wegovy, que el próximo jueves recibirá en Bilbao el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina.

El canadiense Daniel Drucker, uno de los padres de medicamentos como el Ozempic o Wegovy, que el próximo jueves recibirá en Bilbao el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina.EFE/ Miguel Toña

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El investigador canadiense Daniel Drucker, uno de los creadores de medicamentos revolucionarios como Ozempic y Wegovy, ha manifestado su preocupación por la creciente tendencia a equiparar salud con delgadez. "La salud significa muchas más cosas, no solamente cuántos kilos pesas", afirmó en una entrevista reciente con la agencia EFE, donde alertó sobre los peligros de esta vinculación, especialmente entre la población joven.

Drucker, científico del Hospital Monte Sinaí de Toronto, se encuentra en Bilbao para recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina, galardón que compartirá con Joel Habener (Universidad de Harvard), Jens Juul Holst (Universidad de Copenhague) y Svetlana Mojsov (Universidad de Rockefeller). Los cuatro investigadores han sido fundamentales en el desarrollo de una nueva generación de fármacos que han revolucionado el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, basados en el descubrimiento de la función biológica de la hormona GLP-1.

Esta hormona, producida naturalmente en el intestino delgado tras la ingestión de alimentos, juega un papel esencial tanto en el mantenimiento de los niveles de glucosa como en la regulación del apetito, lo que ha permitido desarrollar tratamientos altamente eficaces para condiciones metabólicas que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Cuatro décadas de investigación detrás de una revolución médica

"Cuando empecé era muy joven, tendría unos 28 años. Llevo estudiando esta hormona 40 años y seguimos aprendiendo cosas nuevas todos los días", explica Drucker, quien confiesa que ni él ni sus colegas podían imaginar el impacto que tendrían sus descubrimientos. "Realmente ha sido una historia fantástica", reconoce el científico canadiense.

El jurado de los Premios Fundación BBVA no duda en calificar estos avances como una auténtica revolución farmacológica, una valoración que Drucker comparte plenamente. Cuando comenzó su carrera, apenas existían 4 o 5 medicamentos que podían producir una modesta reducción de peso de aproximadamente un 5%. En contraste, los nuevos fármacos basados en GLP-1 consiguen una pérdida de peso sin precedentes y, además, ayudan a reducir el riesgo de complicaciones graves asociadas a la obesidad y la diabetes, como ataques cardíacos o enfermedad renal.

Preocupación por la banalización del tratamiento

A pesar del éxito de estos medicamentos, Drucker mantiene una postura cautelosa respecto a su uso. "No solo celebro el éxito de GLP-1, sino que me preocupa lo que puede ir mal, por eso tenemos que tener mucha cautela en mal representar la salud en forma de una persona delgada como nuestro objetivo último", advierte el investigador.

El científico se define como un médico conservador que basa sus decisiones en los beneficios demostrados en grandes ensayos clínicos. Por ello, expresa su desacuerdo con el uso de estos fármacos para fines puramente estéticos: "No hay pruebas clínicas, datos, para apoyar a aquellas personas que, por ejemplo, dicen tener una boda en dos meses y quieren perder siete kilos". Y añade con contundencia: "Como científico conservador doy prioridad a la utilización del fármaco donde se han demostrado los beneficios para enfermedades serias".

Nuevas fronteras: del tratamiento metabólico a las enfermedades neurodegenerativas

Los descubrimientos realizados por Drucker y sus colegas han abierto un prometedor campo de investigación que va más allá de la diabetes y la obesidad. Actualmente, se está evaluando el potencial de los medicamentos análogos al GLP-1 para el tratamiento de trastornos neurológicos y adicciones.

Una de las propiedades más interesantes descubiertas en estos fármacos es su potente efecto antiinflamatorio, lo que podría convertirlos en aliados valiosos contra enfermedades neurodegenerativas. El equipo de Drucker está investigando a fondo estos mecanismos para determinar si podrían ser eficaces en la reducción de la inflamación cerebral y, por tanto, en el tratamiento del alzhéimer y el párkinson.

"Hay media docena de mecanismos, más o menos, que permiten que GLP-1 mejore la salud del cerebro", explica Drucker, aunque matiza que aún es prematuro afirmar su utilidad para personas con enfermedades neurodegenerativas. En el caso del párkinson, se han realizado cinco ensayos clínicos con resultados mixtos: tres mostraron beneficios y dos no. Para el alzhéimer, hay actualmente dos grandes ensayos en marcha que incluyen a más de 3.000 participantes, cuyos resultados podrían estar disponibles en aproximadamente seis meses.

El reto de la accesibilidad global

Uno de los mayores desafíos actuales es conseguir que estos avanzados medicamentos lleguen a los países en desarrollo. "Si queremos mejorar la salud global hay que pensar de una manera diferente, como se hizo con el VIH en su día o la hepatitis", señala Drucker.

El impacto potencial de estos fármacos en regiones como África o el sur global podría ser extraordinario: "Hay muchas personas que han hecho cálculos y han dicho que si se introducen en el sur y en partes de África se podrían salvar más de un millón de vidas al año". Para lograrlo, el científico considera imprescindible la colaboración entre la Organización Mundial de la Salud, fundaciones filantrópicas y gobiernos.

Drucker, también galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024, se muestra optimista aunque reconoce que no será una tarea sencilla.

¿Qué es la hormona GLP-1 y cómo funciona?

La hormona GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) es una proteína producida por el intestino delgado cuando ingerimos alimentos. Su descubrimiento y la comprensión de su funcionamiento han sido fundamentales para desarrollar los nuevos tratamientos contra la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Esta hormona actúa principalmente de dos formas: estimula la producción de insulina por el páncreas cuando los niveles de glucosa están elevados y reduce la sensación de hambre al actuar sobre el cerebro. Estos efectos la convierten en un objetivo terapéutico ideal para tratar enfermedades metabólicas.

Los medicamentos como Ozempic o Wegovy son análogos de GLP-1, es decir, moléculas diseñadas para imitar la acción de esta hormona natural pero con una mayor duración en el organismo. Al administrarse, consiguen regular los niveles de azúcar en sangre y reducir el apetito de forma efectiva y sostenida.

¿Por qué ha generado tanto revuelo el uso de Ozempic?

El éxito de Ozempic y otros medicamentos similares ha trascendido el ámbito médico para convertirse en un fenómeno social. Su capacidad para producir una significativa pérdida de peso ha provocado que muchas personas busquen acceder a estos fármacos con fines puramente estéticos, a pesar de que están diseñados para tratar condiciones médicas específicas.

Esta tendencia ha generado controversia en la comunidad médica y ha llevado a científicos como Drucker a expresar su preocupación por la banalización de tratamientos que deberían reservarse para pacientes con necesidades médicas reales. Además, en algunos países se han reportado problemas de abastecimiento que han afectado a pacientes diabéticos que realmente necesitan estos medicamentos.

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