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Las garrapatas invaden zonas urbanas: cómo protegerse del riesgo creciente

El aumento de temperaturas y la presencia de fauna silvestre en ciudades favorecen la expansión de estos parásitos, que transmiten enfermedades graves; ANECPLA ofrece un decálogo con medidas preventivas para evitar picaduras

Imagen de archivo de varias garrapatas. 

Imagen de archivo de varias garrapatas. EFE/Robin Van Lonkhuijsen

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Las garrapatas han ampliado su territorio habitual de acción y ya no solo representan un peligro en entornos rurales, sino que ahora proliferan también en parques, jardines y zonas verdes urbanas. Ante esta situación, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha presentado un completo decálogo de medidas preventivas para evitar las picaduras de estos arácnidos, cuya presencia se ha incrementado notablemente debido a las altas temperaturas, aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades potencialmente graves como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo o la enfermedad de Lyme.

Jorge Galván, director general de ANECPLA, ha manifestado la necesidad de "un cambio en la percepción del riesgo por parte de la ciudadanía", subrayando que "ya no basta con extremar precauciones en el campo, ahora es necesario hacerlo también en la ciudad, en la playa o incluso en la piscina". Esta advertencia refleja la creciente preocupación por la expansión territorial de estos parásitos, que están colonizando espacios tradicionalmente considerados seguros y frecuentados por miles de personas diariamente.

Decálogo para protegerse de las garrapatas

El documento presentado por ANECPLA recoge diez recomendaciones fundamentales para minimizar el riesgo de sufrir picaduras de garrapatas. Entre las más destacadas figura el uso de vestimenta adecuada: ropa clara que permita identificar fácilmente la presencia de estos parásitos, prendas de manga larga incluso en temporadas cálidas, y el uso de gorras para proteger la cabeza, una de las zonas predilectas para estos arácnidos.

Otra recomendación práctica consiste en introducir los pantalones por dentro de los calcetines, creando así una barrera física que dificulta el acceso de las garrapatas a la piel. Asimismo, se aconseja caminar siempre por el centro de los senderos, evitando en lo posible el contacto con hierbas altas donde estos parásitos suelen esperar a sus huéspedes.

El decálogo también hace hincapié en la importancia de mantener distancia con el ganado, potencial portador de garrapatas, y en la aplicación de repelentes específicos tanto en personas como en mascotas. Para estas últimas, resulta fundamental asegurar que siguen un tratamiento antiparasitario adecuado, especialmente si frecuentan zonas de riesgo.

Revisiones periódicas: clave para la detección temprana

Uno de los puntos más relevantes del protocolo preventivo es la recomendación de realizar revisiones corporales frecuentes durante las salidas a zonas potencialmente infestadas. ANECPLA subraya la necesidad de prestar especial atención a aquellas partes del cuerpo donde el flujo sanguíneo es mayor, como las axilas, la parte posterior de las orejas o la cabeza en general, ya que son las localizaciones preferidas por estos parásitos para adherirse.

La detección temprana resulta crucial para evitar complicaciones derivadas de la picadura, pues cuanto menos tiempo permanezca la garrapata adherida a la piel, menor será el riesgo de transmisión de patógenos. Por ello, estas inspecciones no deben limitarse a los humanos, sino extenderse también a las mascotas que nos acompañan en nuestras actividades al aire libre.

Enfermedades transmitidas por garrapatas: un riesgo creciente

Entre las patologías más preocupantes que pueden transmitir estos arácnidos, Galván destaca dos por su especial gravedad: la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y la enfermedad de Lyme. La primera está asociada principalmente con garrapatas del género 'Hyalomma', mientras que la segunda se vincula a las del género 'Ixodes', que además pueden ser vectores del virus de la encefalitis y otros patógenos de relevancia tanto en medicina humana como veterinaria.

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se caracteriza por provocar fiebre alta, dolores musculares intensos y, en casos graves, hemorragias que pueden comprometer la vida del paciente. Por su parte, la enfermedad de Lyme, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede derivar en complicaciones neurológicas, cardíacas y articulares crónicas de difícil manejo.

El papel de las administraciones públicas en el control de la plaga

Desde ANECPLA insisten en la necesidad de que las administraciones públicas refuercen las medidas de control de estos arácnidos, especialmente en zonas urbanas y periurbanas de uso público. Según Galván, resulta fundamental contar con "profesionales de la sanidad ambiental ya que son estos profesionales quienes poseen los conocimientos específicos necesarios para emplear unos u otros métodos de control en función del ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales o el nivel de infestación".

Este llamamiento a la acción coordinada entre ciudadanía e instituciones responde a un problema que, lejos de ser puntual, parece haberse instalado de forma permanente en nuestro entorno debido, entre otros factores, al cambio climático y la alteración de los ecosistemas naturales que favorecen la expansión de estos parásitos a nuevos territorios.

¿Qué hacer si una garrapata se adhiere a la piel?

En caso de detectar una garrapata adherida a la piel, es fundamental actuar con calma y seguir un protocolo adecuado de extracción. Lo primero que hay que evitar es aplastarla, quemarla o aplicar sustancias como alcohol, aceite o vaselina, pues estas prácticas pueden provocar que el parásito regurgite e incremente el riesgo de transmisión de patógenos.

El método recomendado consiste en utilizar unas pinzas de punta fina, sujetando la garrapata lo más cerca posible de la piel y tirando hacia arriba con un movimiento firme y constante, sin girar ni apretar el cuerpo del arácnido. Tras la extracción, se debe limpiar la zona con agua y jabón, y desinfectarla con alcohol o un antiséptico similar. Si aparecen síntomas como fiebre, dolor de cabeza intenso o una erupción cutánea en forma de diana tras la picadura, es imprescindible acudir al médico.

¿Por qué las garrapatas están colonizando zonas urbanas?

El fenómeno de expansión de las garrapatas hacia entornos urbanos responde a múltiples factores interrelacionados. El aumento general de las temperaturas debido al cambio climático ha propiciado condiciones favorables para estos parásitos en zonas donde antes no podían sobrevivir. Además, la creciente presencia de fauna silvestre en las periferias urbanas, como jabalíes, corzos o zorros, que actúan como hospedadores de garrapatas, facilita su introducción en parques y jardines.

Por otra parte, la proliferación de mascotas sin un adecuado control antiparasitario y el incremento de zonas verdes en las ciudades, diseñadas para mejorar la calidad de vida urbana, han creado involuntariamente nuevos hábitats idóneos para estos arácnidos. Todo ello configura un escenario propicio para que las garrapatas se establezcan permanentemente en nuestros entornos más cotidianos, obligándonos a replantearnos las medidas preventivas también en estos espacios.

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